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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL MAYO 2016

por ejemplo a centros de prospectiva, como en el trabajo de análisis de inteligencia, que incorpora metodologías específicas para ampliar la línea temporal del futuro. En tercer lugar, la propia toma de decisiones debe estar orientada por criterios que no únicamente consideren los impactos inmediatos, sino aquellos que se producirían a medio o largo plazo, o aquellos que pueden ser indeseables o contrarios a los fines perseguidos. Incorporar la prospectiva en las organizaciones El decisor está unido al presente, a la solución de problemas emergentes que, en el ámbito de la seguridad, exigen, además, medidas inmediatas. La existencia de ciclos políticos de cuatro años actúa como un factor que limita el desarrollo de visión de futuro. Pensar a 15 años vista no suele interesar, tanto porque se percibe muy lejano, lo que obvia la capacidad de comenzar a crear ese futuro, como por la incredulidad sobre los estudios presentes que se desarrollen sobre ese momento. Por este motivo, no se debe considerar la prospectiva como un producto, como un informe, sino como un sistema ajustable y evaluable continuamente, es decir, un sistema de gestión estratégico. El Centro de Análisis y Prospectiva (CAP) de la Guardia Civil propone una aproximación al futuro desde dos visiones: desde el presente hacia el futuro y desde el futuro hacia el presente. La primera, a través del análisis de tendencias. Esta metodología es amigable para el decisor, que percibe en el presente elementos del futuro. Adicionalmente permite establecer un sistema de seguimiento a través de drivers e indicadores que analizan el impacto que cada tendencia puede generar en seguridad y, por lo tanto, una evaluación y actualización continua. Esta metodología se apoyaría también en la prospectiva clásica francesa (Godet) y la construcción de escenarios. La limitación de esta aproximación está en los factores limitativos producidos por la experiencia y el conocimiento previos, que condicionan en gran medida la construcción de los futuros deseables (utopías) o indeseables (distopías). La segunda aproximación partiría de un futuro imaginario para, en un proceso de backcasting, llegar a determinar las variables que llevaron al 34  REVISTA EJÉRCITO • N. 902 MAYO • 2016 mismo estableciendo un sistema de seguimiento y de detección de señales débiles y de alerta temprana. Se basa en metodologías como what if, wild cards o el análisis de distopías que realizan el CAP y su grupo de trabajo en prospectiva. Esta aproximación es más compleja, más exigente en creatividad e imaginación y más alejada del interés inmediato del decisor. Condiciones para trabajar en prospectiva Estos modelos necesitan abandonar la concepción lineal del tiempo y gestionar o burocratizar la imaginación y la creatividad, y además trabajar en un «caos con propósito» (Clark, 2013) que precisa contar con la participación de especialistas en multitud de disciplinas y con diversidad de visiones. El futuro no lo marca una línea continua, sino que se producen saltos constantes, vueltas al pasado y mezcla de fenómenos antiguos que configuran uno nuevo. De esta forma, en el momento actual se percibe una vuelta a una especie de Guerra Fría, o fenómenos como el denominado «lobo solitario», que no son tan novedosos como puede parecer, ya que beben de fuentes del anarquismo del siglo xix y del «supremacismo» blanco del siglo xx. Confucio decía: «Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro». La prospectiva exige jugar un juego serio. Si habitualmente se identifica la inteligencia con un puzle en el que siempre faltan piezas, o la contrainteligencia con el ajedrez, donde hay que anticipar movimientos del adversario, la prospectiva sería el juego de la oca. Ello se debe a que conocemos muchas de las casillas futuras y los efectos de cada una de ellas pero, en lugar de depender el futuro de un dado, «la prospectiva facilita trucar ese dado para evitar los escenarios negativos y alcanzar los deseables». Se precisa una organización inteligente, con deseo de aprender, en términos similares a los que señalaba Peter Senge en La quinta disciplina. Una organización que cuente con personas formadas para este fin con tiempo, puesto que la prospectiva precisa tiempo y pausa en sus análisis y contar con tecnología de apoyo. El prospectivista o futurista requiere actitudes personales como el sentido común, la creatividad, la originalidad, la flexibilidad, la


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