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ARMAS Y CUERPOS 132

Celebración del centenario del Patronazgo de Santiago. 30/6/1992 Millán González-Pardo, lo dató de la segunda mitad del siglo II. La hipótesis priscilianista quedaba defi nitivamente desautorizada. Evidentemente, sería políticamente correcto decir que hay un 50% de posibilidades y probabilidades, pero no sería justo, pues la arqueología ha proporcionado datos que favorecen la base histórica de la tradición y las teorías en contra tienen una argumentación mucho más insegura. Hoy en día, no son muy creíbles ni justifi cables cristianamente las apariciones milagrosas de un apóstol guerrero matando enemigos. Por este motivo siempre he evitado, en lo posible, la iconografía de Santiago Matamoros. Sin embargo en esta ocasión no hay más remedio que representarlo así entre las ilustraciones que acompañan a este artículo, pues el Arma de la Caballería española lo designó su patrón precisamente por considerarlo como era tradicional desde la Edad Media. De esta manera lo debió de entender el Inspector General de Caballería, general Juan de la Pezuela, cuando pidió al Vicario General Castrense el 22 de enero de 1846 que nombrara a Santiago patrón del Arma (integrados ya los Dragones en ella). Hasta entonces, cada regimiento de Caballería y Dragones tenían el suyo propio. Pero el arraigo de los patrones particulares era tan intenso que difuminaba la celebración 84 Armas y Cuerpos Nº 132 del general. Nada menos que doce regimientos de Caballería y dos de Dragones tenían a la Inmaculada como patrona1. Esta situación obligó a que la reina regente, María Cristina decretase: para el arma de Caballería el exclusivo patronato del Santo Apóstol, designado ya el 30 de junio de 1846 por el Vicario General Castrense, a petición de ese centro (R.O: 20/ VII/ 1892). A pesar de mis reticencias sobre Santiago Matamoros, razones para poner al Arma de Caballería bajo su protección sobran. Tanto él como su hermano Juan representan en los Evangelios a la juventud enérgica, deseosa de entregarse por completo a la misión encomendada. Además, es el apóstol que en su predicación se supone que llegó más lejos y el primero de los doce en dar su vida por la misión encomendada. ¿Quién mejor que Santiago puede personifi car el espíritu jinete, tradicional de la Caballería española? Con respecto a nuestra nación, el papa Urbano VIII decretó que el apóstol fuera el único patrón en el año 1630, pues hubo presiones para que compartiera el patronato con Santa Teresa de Jesús. Reinaba entonces Felipe IV y por medio estaba la discusión para mantener el Voto de Santiago2, muy discutido. Tanto Santiago como Santa Teresa tenían partidarios infl uyentes; Quevedo lo era del apóstol, pues pertenecía a la Orden de Santiago; de la


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