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ARMAS Y CUERPOS 132

muerte de su hermano mayor Carlos, Príncipe de Viana, en circunstancias no esclarecidas. infl exión de la guerra civil catalana. El príncipe aragonés recibió una educación fundamentalmente humanística, por medio de su maestro Francisco Vidal de Noya, por cuyo medio trabó conocimiento de los saberes y las inquietudes de los humanistas italianos, algunos de los cuales encontraron después en su Corte itinerante —tal es el caso de Pedro Mártir de Anglería— un lugar privilegiado para el desarrollo de su pensamiento. A los catorce años, fue designado por el rey Juan II, su padre, Lugarteniente General del Reino y fue alumno aplicado y aprovechado en las enseñanzas políticas que el largo y dilatado reinado de su padre le habría de proporcionar. «El mejor mozo de España...» en título de Lope de Vega, se vería ya adornado por los laureles de una fortuna irreversible para el feliz gestor de los planes dinásticos pantrastamarianos de su padre Juan II. Las capitulaciones matrimoniales de Cervera (7-III-1469) y la ceremonia nupcial con su prima Isabel de Castilla en Valladolid (18-X-1469) en contra de la voluntad expresa de Enrique IV de Castilla y sin contar con la preceptiva dispensa papal, plasmarían el éxito de tales ambiciones. Rey de Castilla desde el 13 de Diciembre de 1474, por muerte del hermano de Isabel, Enrique IV, Fernando V se dispondría a cumplimentar lo que Zurita puso en su boca muchos años después: «Reinar sin Castilla, no es reinar». Desde entonces, Fernando, el último monarca privativo del reino de Aragón, haría posibles algunas de las páginas más hermosas de la Historia de España, entre las cuales, la de la «Invención de las Indias» sería «la mayor cosa después de la creación del Mundo, sacando la Encarnación y muerte del que lo creó» —en frase de Francisco López de Gómara. El justo protagonismo del Rey Católico 90 Armas y Cuerpos Nº 132 sería reivindicado años después por Bartolomé Leonardo de Argensola, al afi rmar en sus Annales: «Y así como no debe ser agraviada Castilla, permitiendo que los escritores callen lo que su Nación ha obrado en aquel Mundo, tampoco se ha de consentir que alguno defraude al Rey Católico la gloria de haber dado principio a la mayor obra de la Tierra de muchos siglos a esta parte». Consecuentemente, la participación de los áulicos aragoneses del rey Fernando en la gestación de la empresa de las Indias se agiganta y manifi esta con rotundidad, partiendo del propio protagonismo del Rey en primer lugar; siguiendo por la pretensiones feudales; vigilando la gestión indiana de Colón y sus familiares por quienes eran titulados como “los ojos y los oídos del Rey” (Boil y Margarit); y concluyendo con la infl uencia directa o indirecta que lo aragonés —instituciones, tradiciones jurídicas, acervo histórico, etc.— tuvo en la organización de las Indias. Fernando, rey de Aragón y de Castilla, hombre que se adelantó a su tiempo, forjó un sentido de la política internacional que pesaría en la obra política de su nieto el César Carlos, a quien hoy se considera «padre de Europa», con carácter determinante. Hasta el punto de que en las líneas programáticas de su acción exterior se encuentra el origen de la actuación imperial de Carlos V hacia la consecución de la Pax christiana y su defensa, que es la expresión de una «idea de Europa» servida por la unión de los príncipes cristianos en aras de conseguir la «armonía europea». «Las dos cossas que yo mas en este mundo desseo son Islam Otomano el agresor que hacía peligrar Y tras una azarosa infancia acompañando a la reina, su madre, en las dolorosas jornadas de la guerra en Cataluña, sin cumplir aún los doce años, y ya príncipe heredero participaría directivamente en su primer hecho de armas —la batalla de Calaf (28-II-1464)—, punto de pro- lico estrecha, directa y determinante participación de los áulicos del monarca, como Santángel, Coloma, Cabrero, Sánchez, Caballería (califi cados por M. Serrano Sanz como “Los amigos y favorecedores de Cristóbal Colón), Climent, Calcena, Ampiés y un largo etcétera, empeñados en construir las nuevas Indias como realengo, alejándolas de las naturales paz de cristianos, y guerra contra ynfi eles» escribió Fernando en Enero de 1514, siendo el entonces la unión europea. Espada de Ceremonia


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