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TIERRA EDICION DIGITAL 12

ENTREVISTA JUNIO 2016 | TIERRA Nº 12 Varios militares han estado en el plató de Espejo público para hablar de seguridad Cuando le ofrecieron sustituir a Susanna Griso en Espejo público, ¿cómo lo vivió? Como una oportunidad maravillosa. Yo había sido redactora del programa y conocía a todo el equipo, y la verdad es que la gente fue muy amable. Pero eso no quita para que las primeras veces me comieran los nervios y me pasase el día mirando las noticias para estar al tanto de todo. Ahora ya no es así. Como a todo, poco a poco le coges el tranquillo. Así también cambio de registro, lo que me facilita ser mas versátil; y eso es muy bueno en esta profesión. Pero las comparaciones son inevitables… Sí, son inevitables y odiosas, como se suele decir. Pero al final tienes que encontrar tu propio estilo. Eso no quita para que yo quiera aprender de una profesional como Susanna, de su forma de conducir el programa, porque ella tiene mucha experiencia. Tengo la suerte de estar rodeada de gente que me puede enseñar mucho, no solo ella, sino otros como Vicente Vallés (presentador de las noticias de Antena 3 mediodía). Recuerdo que en el debate que enfrentó a Soraya Sáenz de Santamaría, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, el 7 de diciembre en Antena 3, Vicente intervino para puntualizar a uno de los intervinientes en un dato que había dado y que no era exacto, y lo hizo de cabeza. Yo pensé: ¡qué memoria!, yo no me hubiese acordado de eso, seguro. Sí, porque usted fue uno de los periodistas que estuvieron allí el día del debate… ¿Hay alguna anécdota que pueda confesarnos? (Risas) Pues recuerdo que en un momento dado, en una de las pausas, ya estaban todos preparados para volver a entrar y solo faltaba Pedro Sánchez, y no venía. Alguien dijo que estaba en el baño y empezaron a preguntar que por qué tardaba tanto, y bueno… empezaron las bromas… Está claro que la cadena (Antena 3) confía en usted, pero supongo que será duro compaginar tanto trabajo y más ahora en su estado… Sí, dicen que el cuerpo se acostumbra a madrugar pero a mí me sigue costando, lo que pasa es que te lo impones como una disciplina: a las siete de la tarde a la cama para levantarse a las dos y media de la madrugada. Lo malo es que, muchas veces, los fines de semana me levantaba 63


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