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CUADERNO DE PENSAMIENTO NAVAL 20

J. PERY PAREDES El origen de las relaciones político militares la primera referencia a la necesidad de examinar la relación entre el gobierno de las naciones y de la acción militar se encuentra posiblemente en los criterios estratégicos establecidos por Sun tzu en el El Arte de la Guerra donde describe en sus primeras páginas la necesidad de la acción militar para un país como de «importancia vital; constituye la base de la vida y de la muerte, el camino de la supervivencia y de la aniquilación; por ello es absolutamente indispensable examinarlas» (1) para inmediatamente establecer las primeras pautas para conseguir la victoria: hacer que el pueblo tenga los mismos objetivos que sus dirigentes para que «puedan compartir la vida y la muerte sin temor al peligro» (2) y elegir a un general que tenga autoridad, esto es: «inteligencia, honradez, humanidad, valor y severidad» (3). Con ello aparecen los dos actores que marcan las relaciones: quien gobierna y quien combate, quien ordena el uso de la fuerza y quién la emplea. Así, si se siguiera una secuencia cronológica para encontrar hitos relevantes con el fin de determinar la necesidad de ver cómo han de ser las relaciones entre quienes gobiernan y quienes combaten, se llegaría a la conclusión de que se podrían emplear esos mismos criterios estratégicos establecidos por Sun tzu hasta llegar al siglo xVI, donde la evolución de las sociedades llega hasta el estado-nación, con una cada vez mas significada diversificación del poder, donde el gobernante deja de ser absoluto en sus decisiones para estar condicionado por sus alianzas o, simplemente, por los recursos a su disposición. Maquiavelo, en El Príncipe, deja patente que «el arte de la guerra es único estudio a que deben dedicarse los príncipes, por ser propiamente la ciencia de los que gobiernan» (4), al tiempo que dedica la práctica totalidad de la obra a decir cómo debe ser y comportarse (estar) un gobernante (para mantenerse en el poder) al que atribuye, no solamente la potestad para ordenar el uso de la fuerza, sino para dirigir su empleo. En esta concepción maquiavélica, gobernante y general son la misma persona, porque aunque pudieran ser dos los involucrados en la dirección y en la acción durante la guerra, uno lo es todo y el otro debe conformarse con ser un títere que actúa condicionado, en todo. Paradójicamente, a pesar de los muchos siglos que transcurren entre la concepción de Sun tzu y la de Maquiavelo sobre las relaciones entre el gobernante y el militar, la visión del primero se acerca mas a la imagen actual de lo que hoy son que la descrita por el segundo. la sencillez de los postulados del primero vence a lo alambicado de los razonamientos del segundo. (1) SuN tZu: El Arte de la Guerra. Editorial EDAF. 1993. (2) Idem. (3) Idem. (4) MAQuIAVElo: El Príncipe. Editorial EDAF. 1984. 26 CuADERNoS DE PENSAMIENto NAVAl Número 20


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