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CUADERNO DE PENSAMIENTO NAVAL 20

EL FUTURO DE LA GUERRA ANTISUBMARINA poráneos americanos. Desde entonces las fuerzas antisubmarinas de los Estados unidos no podían seguir de modo permanente a los submarinos soviéticos, lo que hacía muy difícil su destrucción previa en el caso de un posible conflicto. Como respuesta, la uS Navy aplicó a principios de los 1980s las lecciones aprendidas durante la I y Segunda Guerra Mundial, es decir, tratar de concentrar los esfuerzos de la lucha antisubmarina en lograr la neutralización de la capacidad operativa de los submarinos soviéticos, en lugar de buscar su destrucción. los submarinos nucleares de ataque norteamericanos desplegados en las aguas cercanas a Rusia (también conocidos como bastiones) se utilizaron para tener localizados a los submarinos balísticos soviéticos (SSBNs). Como respuesta, los soviéticos concentraron a sus mejores SSNs en las proximidades de los bastiones para proteger a sus SSBNs, en vez de desplegarlos en el Atlántico y Pacífico, pero a un coste desproporcionado ya que contaban con menos de diez submarinos equiparables a los de sus rivales. Sin embargo, con el tiempo, los soviéticos desplegaron un gran número de silenciosos SSNs capaces de proteger a sus SSBNs de los bastiones y a la vez aplastar a las fuerzas antisubmarinas que defendían la flota de los Estados unidos. Para remediarlo la uS Navy adoptó un camino diferente. Se trataba del sonar activo de baja frecuencia, el primero de los cuales se probó a finales de 1980s. Pero, como en la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas ASW fueron «salvadas por la campana», ya que la Guerra Fría acabó antes de que los soviéticos pudieran desplegar submarinos más silenciosos. En estos tiempos de finales de la Guerra Fría surgieron dos escuelas: la de los partidarios del sonar activo y los que consideraban que el sonar pasivo era la única respuesta a los submarinos nucleares silenciosos. Veamos la solución que se dio entonces a la cuestión. Para ello analizaremos el paso de la fase de detección a la fase de ataque de un submarino, cuando se encuentra en las proximidades de una fuerza de superficie. Consideraremos como amenaza al submarino nuclear de misiles balísticos (amenaza estratégica), y a nucleares y diesel con misiles tácticos y torpedos (amenaza táctica). Para afrontar estas dos amenazas, la Marina de los Estados unidos ha desarrollado tácticas basadas en los criterios de dos escuelas: la que propone la utilización de los sensores activos y la partidaria de los pasivos. En términos generales, los sensores pasivos no alertan al submarino, requieren métodos elaborados, múltiples contactos y considerable tiempo para convertir una detección en una posición lo suficientemente exacta como para poder lanzar un arma. El submarino nuclear es más rápido, alcanza mayor profundidad y se puede evadir de una acción que utilice sonar o sonoboya activa, por eso la escuela de los proponentes pasivos, adopta como axioma fundamental para el éxito en el ataque, el siguiente: CuADERNoS 2016 DE PENSAMIENto NAVAl 79


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