El lanzamiento del UTAP-22 se realiza por medio de un motor cohete para luego ser propulsado por un motor turbojet. durante la feria de Farnborough de 2014 se firmó el contrato de estudio de viabilidad del FCAS (Future Combat Air System) con la participación BAE Systems, Dassault Aviation, Rolls-Royce y Snecma así como la empresas de electrónica de defensa Thales y Selex del grupo Leonardo (antigua Finmeccanica). El contrato incluía un demostrador y un presupuesto de 150 millones de euros. Aunque la configuración del FCAS todavía no está congelada, a mediados de 2015 se sabía que el avión tendría una longitud similar a la del Eurofighter Typhoon pero quizá con el doble de envergadura y seguramente dotada de 2 motores. En cuanto a la forma del ala, podría tener la configuración en flecha simple como el nEUROn o el Taranis, con doble fecha como el Northrop Grumman X-47 o incluso con configuración de fuselaje y alas como el X-45. En la actualidad hay dos corrientes de pensamiento respecto de la operación de los UCAVs. Por una parte, se encuentra la escuela que busca diseñar estas armas para que puedan trabajar de forma independiente, llegar a un espacio aéreo hostil y encontrar y marcar objetivos para que ellas mismas o desde otras plataformas se lancen los misiles correspondientes. Esta escuela, por ejemplo, es la que ha diseñado el Taranis británico, donde se ha conseguido que este UCAV detecte un objetivo de forma autónoma y entre en combate con él. La segunda escuela de pensamiento ve a los UCAVs como un apoyo a los F-35 o Eurofighter Typhoon actuales, donde un solo caza tripulado podría ir acompañado de un enjambre de UCAVs armados. De esta manera, se conseguiría un soporte de armamento continuo más allá del que puede transportar un caza convencional o bien emplearlos como avanzadilla para identificar objetivos, manteniendo el caza tripulado en la retaguardia y dirigiendo en todo momento la operación. Precisamente bajo esta filosofía, la empresa privada Kratos está desarrollando de forma completamente independiente un UCAV a reacción conocido como UTAP-22 (Unmanned Tactical Aerial Platform), y que basado en un drone objetivo aéreo BQM-167A estaría diseñado para acompañar a un caza tripulado hasta un Mach de 0.91 y hasta alturas de 50.000 pies. El proyecto ya está muy avanzado ya que en noviembre de 2015 realizó un vuelo colaborativo con un AV-88B Harrier de la US Navy, donde se evaluó la integración del datalink con el comando y control del Harrier y se ejecutaron varias tareas de forma autónoma y de seguimiento automático del Harrier. También se pasó el control del UTAP-22en pleno vuelo a una base situada en tierra para posteriormente ser devuelto al piloto del Harrier. Un mes más tarde dos de estos UCAVs volaron en formación, en modo autónomo, y acompañando a otro UTAP que hacía de líder. El Neuron despegando desde Vidsel en Suecia. 604 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2016
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