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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 856

AVIACIÓN MILITAR Fuerzas Armadas, ha contratado con Dassault la modernización y extensión de vida útil de 55 de aviones de ataque a tierra Mirage 2000D de la Fuerza Aérea francesa. Dada la fuerte demanda que esta flota está teniendo en las operaciones que lleva a cabo la Fuerza Aérea en Oriente Medio se hace necesario una modificación estructural y de aviónica con el fin de extender la vida útil de los aviones más allá del 2030. El Libro Blanco de la Defensa establece en 225 unidades el número mínimo de cazas a mantener en inventario operativo entre la Fuerza Aérea y la Marina, por lo que el MIrage 2000D deberá seguir operando junto a la flota de Rafale para mantener el “numerus clausus” hasta que un nuevo sistema de armas venga a reemplazarlo. El paquete de modificaciones incluirá además de las actualizaciones de aviónica, la adición de un cañón aire-tierra, y la sustitución de los misiles de corto alcance aire-aire Matra/MBDA “Magic” por los MICA que utiliza actualmente el Mirage 2000-5 y el Rafale. La Fuerza Aérea francesa opera actualmente 71 Mirage 2000DS, que fueron entregados entre 1993 y 2002. Francia los está utilizando en apoyo a la “Opération Chammal” en Irak y Siria, llevando a cabo tanto misiones de reconocimiento e inteligencia como misiones de ataque contra objetivos del Estado Islámico. Cinco Mirage 2000DS se encuentran desplegados permanentemente en una base de operaciones en Jordania, desde donde operan junto a tres Mirage 2000Ns y dos Dassault/Breguet Atlantique de patrulla marítima. Dassault desarrolló el Mirage 2000D partiendo de la versión del Mirage 2000B adaptada para el ataque nuclear y bautizado como 2000N. El modelo 2000D fue diseñado para ataques aire-suelo de precisión y largo alcance con armas convencionales. El primer avión, convertido a partir del prototipo Mirage 2000N voló el 19 de febrero de 1991 y la Fuerza Aérea francesa adquirió un total de 86 aviones. El Mirage 2000DS llevó a cabo su primera misión en apoyo a la campaña de la coalición en Irak el 12 de diciembre de 2014. Israel, una excepción en el programa F-35 Cualquier experto en programas FMS con EEUU sabe que la transferencia de tecnología trae asociadas reglas muy estrictas: acceso al conocimiento, limitaciones en la utilización, en la venta, en el mantenimiento y evolución del sistema de armas. Cada vez más y en relación directa a la complejidad e innovación del sistema, el Gobierno estadounidense se reserva para sí mismo el mantenimiento correctivo de ciertos elementos y el evolutivo de la totalidad. El caso más evidente podemos encontrarlo en el avión de combate F-35, un avión desarrollado en cooperación con varios socios principalmente europeos y que Lockheed Martin está vendiendo a los aliados con cláusulas que prohíben expresamente su modificación y reparación fuera de las instalaciones administradas por Estados Unidos. Estas medidas, encaminadas a proteger los sistemas avanzados y mantener la seguridad de la tecnología sensible, no son negociables. Con la excepción de Israel, el primer país en recibir la aeronave y aparentemente el único país con la autorización de instalar software personalizado y armas en el avión. La excepcionalidad tiene que ver con el conflicto perpetuo que mantiene el Estado de Israel con sus vecinos, el hecho de encontrarse en el medio de Oriente Medio y su condición de aliado preferente de los EEUU. Israel tiene “requisitos únicos” que aparentemente justifican un grado de autonomía superior al del resto de las naciones y está llevando a cabo su propio centro de mantenimiento en la base aérea de Nevatim donde se basarán los nuevos cazas. Tradicionalmente Israel ha adaptado sus aviones F-16 y F-15 con sistemas de comunicaciones, navegación y guerra electrónica propios, además de integrar el armamento desarrollado por su industria. En el caso del F-35I “Ader” la capacidad y el conocimiento se centran en tres áreas básicas: Mando y Control, Comunicaciones e Inteligencia (C4I); Guerra electrónica (EW); e integración de armas. Estas concesiones no parecían factibles dadas las restricciones que el Gobierno estadounidense impuso a sus socios desde el comienzo del programa, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Turquía, Australia, Noruega y Dinamarca, han pasado años negociando sin éxito, la posibilidad de acceder a los códigos fuente y la posibilidad incluso de soportar el avión de forma independiente. La Fuerza Aérea israelí quiere integrar en el avión un nuevo pod de guerra electrónica desarrollado por Elbit, así como adaptar la bomba Spice 1000 de guiado electro óptico/GPS instalada en los F-16s, e instalar tanques de combustible externos que prolonguen el alcance más allá de las 18,000 lbs que el avión carga internamente. Los aviones comenzarán a llegar a Israel a finales de este año y está previsto que alcancen su calificación para el combate (FOC) en 12 meses. Israel recibe de EEUU una financiación cercana al 55% del coste de la adquisición de armamento a través de programas FMS (Foreing ilitary Sales) y la industria israelí IAI ha encontrado el beneficio en esta compra a través de un acuerdo de cooperación industrial por el que tiene la concesión para fabricar en sus instalaciones las alas del avión hasta un máximo de 811 juegos con un valor aproximado de 2,000M$ hasta el 2034. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2016 727


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