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español, por lo que no es descabellado pensar que pudo formar parte en su momento de las negociaciones previas entre Estados Unidos y España que dieron como fruto los acuerdos de septiembre de 1953. La lectura del informe denota un profundo detalle en el análisis de las industrias españolas de la época, donde se incluyeron las industrias auxiliares productoras de materias primas pero, al menos en lo que a CASA se refiere, fue acogido con algunas reservas, como muestra la mención a él hecha por José Ortiz-Echagüe en la reunión del Consejo de Administración de CASA del 21 de febrero de 1950 y transcrita en el acta tal y como sigue: A continuación el consejero delegado informó sobre la memoria que había sido redactada por los expertos en industrias de la aviación que recientemente habían visitado la factoría de CASA. En estas visitas que habían sido muy detenidas, se les fue contestando a extensos cuestionarios que habían presentado, valiéndonos de intérpretes ya que no conocían el castellano. A fin de evitar posibles errores se les rogó que antes de su marcha de España se celebrara una reunión con CASA y sus elementos para contrastar sus apuntes. Esta reunión no llegó a realizarse, pues se marcharon inesperadamente sin aviso alguno. La memoria no la han remitido a CASA sino directamente por la Embajada al Ministerio del Aire. Al tenerse noticias de esto se procuró obtener un ejemplar de la memoria que ha sido estudiada detenidamente. Ella contiene observaciones muy atinadas, pero también errores y confusiones. De estos errores unos se referían a cuestiones del trabajo, relativos a las factorías, y otros a inexactitudes acerca del carácter de algunas entidades importantes que figuran como accionistas destacados de CASA. Se ha creído conveniente refutar todo ello, principalmente para evitar confusiones en las Autoridades españolas que lean la memoria. Intervino el vicepresidente, general Lacalle, para manifestar que él, personalmente, se ocuparía de aclarar esta cuestión en los centros del Ministerio del Aire10. Sea como fuere lo cierto es que el informe era netamente favorable a CASA hasta tal punto que consideraba que era la única empresa española capaz de producir aviones modernos en cantidad dentro de una industria aeronáutica muy atrasada; eso sí, siempre que un país con una industria avanzada aportara la ayuda técnica necesaria. La memoria estaba hablando de un avión de reacción de caza y, parece evidente, de la industria estadounidense. Todo ello a pesar de que, bajando al detalle, la memoria se mostraba especialmente crítica con el personal técnico de CASA. Consideraba que los ingenieros en plantilla eran escasos, generalistas y adolecían de la especialización que caracterizaba a sus homólogos estadounidenses; comoquiera que se habían incorporado a la empresa nada más concluir sus estudios –decía– no habían tenido la oportunidad de trabajar en el extranjero lo que lastraba su capacidad de desarrollar proyectos al no haber tenido por ese camino accesibilidad a las técnicas avanzadas. Tal opinión se hacía extensiva tanto 161 Visita del presidente de Northrop Corporation a la factoría de Tablada el 27 de septiembre de 1967. En el aeropuerto de San Pablo, de izquierda a derecha y al pie de un C-207C, Eugenio Aguirre Castillo, director gerente de CASA; José María Cervera y Cervera, director de la factoría de Tablada; Thomas Victor Jones; y José Ortiz-Echagüe, presidente de CASA. La anécdota fue que para su desplazamiento desde Getafe a Sevilla utilizaron el C-207C T.7-15, no el T.7-16 que aparece en la fotografía. Colección de J. A. Martínez Cabeza Los dos primeros F-5B, recibidos desde Estados Unidos terminados y a falta de montaje final, en la cadena de la factoría de Getafe. El primero de ellos (biplaza número de serie 2001, CE.9-001) a la derecha de la fotografía. AHEA


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