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EE.UU. como héroes e incluso como superiores a los pilotos del bando nacional. Parte de ellos, se enrolarían posteriormente en China en los conocidos Tigres Voladores del general norteamericano Claire Lee Chennault, o actuar en otros teatros de guerra en todo el mundo, pero desgraciadamente el alcoholismo y el suicidio acabaría también con algunos de ellos. El escritor John Carver Edwards, Archivero de Proyectos Especiales de las Bibliotecas de la Universidad de Georgia, ha analizado los antecedentes aeronáuticos de estos aviadores en su libro: Los aviadores sin cartera: Los mercenarios de EE.UU. en la Guerra Civil Española. En su opinión las razones que llevaron a esos aviadores a combatir a favor de la República fueron muy diversas, desde los que lo hicieron simplemente por dinero, hasta los que vinieron por motivaciones puramente profesionales como aviadores o ideológicas, como el ya citado caso del periodista y corresponsal del New York Post, Benjamín David “Ben” Leider, miembro del partido comunista norteamericano. LAS FECHAS DE LA LLEGADA A ESPAÑA El 24 de septiembre de 1936 llegaba a nuestro país el primer grupo de aviadores norteamericanos, formado por Joseph Rosmarin, (Jaime Field), Arthur Shapiro (Arturo Vasnit), Edwin Lyons (Ed Lebovitz), Eugene R. Finick y el mecánico Tom Goodwin. Edwin Lyons era instructor de vuelo del Floyd Bennet Field de Nueva York y Shapiro y Finick habían sido sus alumnos. El 2 de noviembre y también para volar con los republicanos llegó un norteamericano que residía en Inglaterra, se llamaba Hilaire du Berrier y días más tarde otro norteamericano, Vincent Minor Schmidt. A ellos se uniría, poco después, Benjamín David Leider (Lando). Un segundo grupo llegó el 17 de noviembre, que estaba integrado por Bertran Blanchard Acosta, el especialista en velocidad Edward August Schneider Jr., Gordon King Berry y el mayor Frederick Ives Lord, (estos últimos ya habían volado con los británicos en la I G.M.), Edwin Lester Semons y Hilaire du Berrier, un norteamericano afincado en Gran Bretaña Pero el mayor grupo de pilotos de EE.UU. comenzaría a llegar en diciembre de 1936, y de acuerdo con las fechas que facilitaría el Gobierno de la República fueron: El mecánico Albert Edwards, el 1 del citado mes; los pilotos Charles D. Koch y James Williams Marion Allison (Tex) el día 9; Dereck D. Dickison, Coronel Manuel García Gómez (Oficial de la Fuerza Aérea Ives Lord fue uno de los aviadores norteamericanos de más experiencia. de Guatemala que serviría de intérprete a los norteamericanos) y Orrin Dewight Bell el 21; Albert J. Baumler (Ajax, pero también apodado como The Keed), el día 24; Nord Caldwell y Sam Brenner el 25; Harold Evans Dahl (Whitey y también Hernando Díaz Evans) el 28 y Frank Glascow Tinker (Francisco Gómez Trejo) el 3 de enero de 1937. Esta es la lista de pilotos norteamericanos cuya presencia en España ha podido ser contrastada por diversas fuentes. Es dudoso que otros pilotos estadounidenses llegaran a España después del 3 de enero de 1937, ya que en esa fecha el Gobierno de la URSS había enviado a numerosos pilotos a la Aviación Republicana, por lo que era innecesario contratar a más pilotos extranjeros. Sin embargo, otros dos aviadores norteamericanos, James Lincoln Holt Peck y Paul G. MacWilliams se incorporaron en agosto de 1937. CÓMO FUERON CONTRATADOS Los aviadores norteamericanos que llegaron a España en septiembre de 1936 fueron reclutados por el Partido Comunista en Nueva York y otros también por el Partido Socialista de los Trabajadores de dicha ciudad, si bien la mayoría de ellos no tenían una convicción política a favor de uno u otro bando. Fueron contratados por Edwin Semons a través del abogado neoyorkino Sam Schacter, representante del Consulado español en la ciudad norteamericana, el cual les facilitó los billetes del viaje por barco y una cantidad de dinero para poder viajar posteriormente de Francia a España. Hilaire du Berrier había viajado a Etiopía junto con otros pilotos norteamericanos, Vicent Minor Schmidt, Hubert F. Julian, otro afroamericano, llamado John Robinson y el aviador británico H. Olof De Wet, para apoyar al Emperador Haile Helassie en su guerra contra los italianos, pero abandonaron dicho país al comprobar que los etíopes carecían de aviones de combate. Al estallar la Guerra Civil en España, Du Berrier y De Wet intentaron unirse a la Fuerza Aérea Nacional, pero fueron rechazados cuando se descubrió que habían intentado luchar contra los italianos. Hilaire du Berrier había sido reclutado en Gran Bretaña por su antiguo compañero Olof De Wet, quien a su vez había sido contratado por el británico Vicent Doherty, un excelente piloto que había combatido ya en España pero que estaba recuperándose de sus heridas al haber sido derribado. Doherty, que actuaba en Londres como agente del Gobierno republicano español, le pagó a De Wet un “bonus” de 80 dólares por la captación de Du Berrier. Pero éste fue arrestado al llegar a España cuando los republicanos comprobaron que antes había solicitado combatir con los nacionales, razón por la que fue encarcelado durante un mes. Du Berrier tuvo suerte porque el Gobierno lo deportó en lugar de ser ejecutado, algo nada extraño en esos primeros meses de la Guerra Civil. Poco después sería contratado por los republicanos. Los aviadores estadounidenses que llegaron a España en diciembre, Orrin Bell, Sam Brenner, Nord Caldwell, Dereck Dickinson y Charlie Koch, fueron reclutados en Nueva York por el Partido Socialista de los Trabajadores. Bell, Dickinson y Manuel Gómez fueron escoltados a España por Agustín Sanz Sainz, quien pronto llegaría a ser Subsecretario del Aire de la República, y que facilitó todos los trámites para el viaje y abonó de su bolsillo el viaje vía Francia. Como se ha señalado anteriormente, conviene recordar que el ser reclutado por el partido Comunista y el Socialista de los Trabajadores no significaba que tales aviadores fuesen militantes de ambos partidos. Harold Dahl fue reclutado en México por el agregado aéreo en la Embajada de 76 Eddie Schneider era uno de los pilotos norteamericanos más joven.


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