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RHM_extra3_2015_500 años Gran Capitán

EL SOLDADO POLÍTICO: EL GRAN CAPITÁN Y LA ITALIA DE LOS ... 105 goticista entonces en auge entre los autores españoles. Garret inició su carrera política y literaria como secretario del rey Ferrante II, al tiempo que actuaba como informante de los Reyes Católicos, al igual que otros es-pañoles establecidos en la corte napolitana215. La llegada de los franceses a la capital en 1501 hizo que el poeta, al igual que otros partidarios de la causa aragonesa, se exiliara a Roma, regresando al reino tras la conquista española. Sus servicios serían recompensados por el Gran Capitán con el oficio de gobernador de la ciudad de Nola216. La confirmación del consenso con gran parte de la sociedad política napolitana que supuso la victoria militar de Gonzalo se vio acompañada desde 1503 por los rumores sobre sus intenciones expansivas en Italia. Roma, al final del pontificado de Alejandro VI de Borja, en el que tan destacada participación había de tener el Gran Capitán neutralizando las maniobras de su hijo César, y Milán, donde se veía amenazado el dominio instaurado por Luis XII de Francia desde 1499, aparecían como los posi-bles objetivos del general castellano tras haber sometido al mayor estado de la península217. Aunque esos temores no se cumplieron, durante los años siguientes el propio Gonzalo no dejó de alimentar las expectativas sobre su presunta voluntad –más o menos respaldada por el Rey Cató-lico- de franquear las fronteras del reino y adquirir nuevos territorios en unos tiempos en los que cualquier cambio de gobierno parecía posible en Italia y el propio Nápoles seguía siendo objeto de especulaciones sobre eventuales planes de invasión por parte de Francia o de Venecia con ayuda del papa218. De hecho, en 1505 volvió a difundirse en Siena y Florencia la noticia de que el vencedor del Garellano –quien ya el año anterior había recibido a los emisarios de Pisa, rebelada contra los florentinos- planeaba continuar la guerra en el Norte con el fin de expulsar a los franceses tam-bién del ducado de Milán. Para llevar a cabo tal acción uno de los cami-nos más factibles era el que atravesaba Toscana, donde la rebelde Pisa o Piombino, bajo la débil señoría de los Appiano, podían constituir para el Gran Capitán unas sólidas cabezas de puente, vitales además para asegu-rar la ruta naval con España. Esos rumores continuaron durante los años siguientes, alimentados por las negociaciones secretas de la red de agentes 215 RAH, CSyC, A-12, ff. 243-243v. y 249. 216 Vid. Tateo, Francesco, L’umanesimo meridionale, Roma-Bari, 1972, pp. 121-133; Parenti, Giovanni, Benet Garret, detto il Cariteo. Profilo di un poeta, Olschki, Florencia, 1993; Her-nando Sánchez, Carlos José, El reino de Nápoles en el Imperio de Carlos V…, pp. 151-152 y Fenzi, Enrico, “’Et havrà Barcellona il suo poeta’. Benet Garret, Il Cariteo”, en Quaderns d’Italià, 7, 2002, pp. 117-140. 217 ASVe. Lettere di ambasciatori ai capi del Consiglio dei Dieci, Roma, busta 20, 35. 218 ASVe. Lettere di ambasciatori ai capi del Consiglio dei Dieci, Roma, busta 20, 51. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 45-114. ISSN: 0482-5748


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