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RHM_extra3_2015_500 años Gran Capitán

158 ANTONIO JOSÉ RODRÍGUEZ - EDUARDO DE MESA compactas49. Algo que era fácil y barato, y que permitía aumentar el número de hombres de los ejércitos, ante el reducido coste y la facilidad de aprender a usar una pica. La pica entra en auge junto con los proyectiles, ya que los famosos cuadros de piqueros ganaban las batallas contra infantería y caba-llería al retomar la táctica empleada por las falanges macedónicas. La masa hacía su fuerza, que era tanto defensiva como ofensiva, aunque algo lenta y estática, siendo los escuadrones de piqueros sólo vulnerables a las armas de fuego o los proyectiles. El modelo militar español importó novedades de conjunto, ya que los suizos luchaban con picas en formaciones compactas y lineales, verdaderas amalgamas de hombres que aunque juntos luchaban prácticamente de manera individual50. Los lansquenetes alemanes implanta-ron los escuadrones, evolucionando la táctica51, mientras que los españoles llevaron el sistema más allá introduciendo e integrando a las armas de fuego en el conjunto –obra en la que participaría y pondría en práctica el Gran Ca-pitán–, algo que muy pronto fue imitado por las demás naciones. Todas estas novedades tácticas serán aprovechadas por Gonzalo Fer-nández de Córdoba, que fue capaz de dar a la infantería un nuevo papel, central en el combate. Pero la división, especialización e integración de la infantería fue obra de las reformas realizadas por de los Reyes Católicos, y sus colaboradores, que el Gran capitán puso a prueba con éxito durante las dos expediciones que realizó a Nápoles. Reformas que también fueron implementadas por los consejeros militares de los monarcas, poniéndose en práctica en el enfrentamiento franco-español en el Rosellón, en donde se reformó la infantería a la manera suiza o alemana52. Según el cronista Jerónimo de Zurita, fue en 1497 cuando se comenzó a dividir a los peones del ejército de los Reyes Católicos según su arma-mento. Un tercio estaría armado con picas “como los alemanes los traían”, otro tercio lo haría con escudos y espadas –además de dardos–, y los demás tendrían ballestas y espingardas, repartidos en cuadrillas de 50 hombres53. Queda patente que, a pesar de la introducción del modelo suizo o alemán, se procuró que el soldado hispánico poseyera una potencia de fuego conside- 49 Para su introducción en España: Quatrefages, René: La revolución…, op. cit., pp. 76 y ss. 50 Miller, Douglas: The Swiss at War 1300-1500. Osprey, Oxford, 1979. 51 Richards, John: Landsknecht Soldier 1486-1560. Osprey, Oxford, 2002. 52 Ladero Galán, Aurora: “«La frontera de Perpiñán». Nuevos datos sobre la primera guerra del Rosellón (1495-1499)”, En la España Medieval, nº27, 2004, pp. 225-283; Ladero Que-sada, Miguel Ángel: Ejércitos y armadas…, op. cit., pp. 115-345.Ladero Galán, Aurora y Ladero Quesada, Miguel Ángel: “Ejércitos y armadas de los Reyes Católicos. Algunos presupuestos y cuentas de gastos entre 1493 y 1500”, en Revista de Historia Militar, nº92, 2002, pp. 43-110. 53 Zurita, Jerónimo: op. cit., Vol. II, p. 27. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 143-188. ISSN: 0482-5748


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