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DEL GRAN CAPITÁN A LOS TERCIOS: LA HERENCIA DE GONZALO ... 173 mostrarían que la caballería podía ser vencida por la infantería con facilidad y sin excesivas bajas, tanto de cerca como a distancia. En Crecy (1346), Poi-tiers (1356), Azincourt (1415) o Aljubarrota (1385), la flor de los caballeros franceses es derrotada por los arcos largos ingleses ayudados por caballeros desmontados, líneas de estacas, zanjas o fortificaciones de campo110. Los ingleses sustituyen las cargas frontales de caballería –típicamente medieva-les–, por una nueva baza, ante sus limitaciones económicas y humanas, ya que un plebeyo armado con un arco era más barato de reclutar y alimentar. El uso masivo de los proyectiles contra las masas de caballería, con una llu-via de flechas lanzadas con enorme rapidez, cimentará las victorias inglesas en los campos de batalla de Francia, si bien eso no les ayudará a ganar la guerra111. Pero la caballería no sólo era vencida por los proyectiles. Cuando en la batalla de Morat (1476) el último gran señor feudal francés, Carlos el Temerario, Duque de Borgoña, estrella a sus caballeros cubiertos de hierro contra una falange de piqueros Suizos –plebeyos convertidos en soldados de oficio–, moría una época112. La caballería pesada había perdido su sitio en la batalla, aunque algunos como los franceses no parece que asimilaran el cambio, ya que incluso en Pavía (1525) la gendarmería francesa –con su rey a la cabeza– sería vencida en su carga, esta vez por los arcabuceros españoles113. Durante el siglo XVI la caballería pasó de ser el elemento principal que había sido en los ejércitos la Edad Media a un arma secundaria, usada sim-plemente para apoyar a la infantería, una de las grandes transformaciones que empezó a poner en práctica el Gran Capitán. La complicada orografía de la Península Ibérica supuso que la caballería pesada de origen noble o los hombres de armas no pudiera alcanzar un rol tan significativo como en el resto de Europa, algo especialmente evidente en la fase final de la Recon-quista ante el abrupto relieve de la frontera Nazarí. En los ejércitos españoles de finales del siglo XV hubo un predomino de los jinetes ligeros, armados al estilo musulmán –con adarga, espada y lanzas–, y que montaban sillas con estribos cortos –por lo que llevaban las piernas dobladas, pero en posición vertical desde la rodilla–, lo que les permitía coger un mayor impulso con las piernas y lograr una mayor movilidad. Tácticamente desempeñaban la- 110 Barker, Juliet: Agincourt: The King, the Campaign, the Battle. Little Brown, Londres, 2005. Bennett, Matthew: Agincourt 1415. Osprey, Londres, 1991. 111 Contamine, Philippe: La Guerra de los Cien años. Rialp, Barcelona, 2014. 112 Bennett, Matthew; Bradbury, Jim; DeVries, Kelly; Dickie, Iain y Jestice, Phyllis G.: Técni-cas bélicas del mundo medieval. Libsa, Madrid, 2007, pp. 121 y ss. Arnold, Thomas: The Renaissance at War. Cassell&Co, Londres, 2001, pp. 87 y ss. 113 Konstam, Angus: Pavia 1525: The Climax of the Italian Wars. Osprey, Oxford, 1996. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 143-188. ISSN: 0482-5748


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