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RHM_extra3_2015_500 años Gran Capitán

68 CARLOS JOSÉ HERNANDO SÁNCHEZ napolitana, por el dominio del Adriático78. La política global italiana se in-sertó a su vez en la antigua competencia dinástica con Francia que llevaría a Alfonso a sellar pactos con Inglaterra y el ducado de Borgoña a fin de aislar al monarca galo, origen de un eje diplomático crucial para la futura política española, al igual que su enérgica actitud frente a las pretensiones tempora-les del papado. Ese marco político, impulsado por la primera conquista de Nápoles, tuvo su implicación militar en el inicio de la profesionalización del ejército. Junto a los aún decisivos efectivos señoriales, empezaron a aparecer cuerpos permanentes al servicio de la Corona donde se tejieron redes cliente-lares, así como una elite de oficiales utilizada también en oficios de gobierno para controlar el territorio ocupado, un modelo que sería ampliamente desa-rrollado por el Gran Capitán79. Asimismo, Alfonso impulsó una notable acti-vidad naval en favor de los intereses catalanes y valencianos. A pesar de las resistencias iniciales de la oligarquía barcelonesa a sus campañas italianas, configuró un nuevo sistema de fuerzas políticas en el Mediterráneo e intentó regular un gran mercado controlado por el comercio aragonés. En Nápoles desarrolló un modelo de implantación mercantil y aristocrática en el territorio que, a partir del aplicado por sus predecesores en Sicilia, forjaría un núcleo de apoyo fundamental para la conquista protagonizada por el Gran Capitán. Nu-merosos españoles se establecieron en el reino, con el predominio de catalanes y valencianos que integrarían una sólida colonia mercantil, mientras nobles y caballeros procedían tanto de Aragón y Valencia como de Castilla. Ese sería el origen de linajes como los Guevara, convertidos en condes de Potenza, y los Ávalos, marqueses de Pescara, que tras entroncar con familias locales se erigirían en señores de grandes dominios en el Sur y el Norte del Reino para protagonizar la vida política napolitana durante las siguientes generaciones y erigirse en un factor vital durante las campañas de Gonzalo de Córdoba80. Cuando decidió separar de sus otros territorios el reino de Nápoles como herencia para su hijo natural Ferrán o Ferrante, Alfonso retomó la 78 Vid. M. Jacoviello, Michele, Venezia e Napoli nel Quattrocento. Rapporti tra i due stati e altri saggi, Liguori Editore, Nápoles, 1992. 79 Vid. Sáiz Serrano, Jorge., “Nobleza y expansión militar de la Corona de Aragón: la nobleza valenciana en las guerras del rey (1420-1448)”, Anuario de Estudios Medievales, 33/2, 2003, pp. 729-780; id., Caballeros del rey. Nobleza y guerra en el reinado de Alfonso el Mangnáni-mo, PUV, Valencia, 2008 y Aparisi Romero, Frederic y Royo Pérez, Vicent, “Pequeña noble-za y guerra en el reino de Valencia durante la Baja Edad Media. Actitudes y comportamientos en el servicio militar”, en Medievalismo, nº 20, 2010, pp. 149-171. 80 Vid. Sáiz Serrano, Jorge, “Los capitanes de Alfonso el Magnánimo en la conquista del reino de Nápoles: la caballería del ejército real de 1441”, en D’Agostino, Guido y Buffar-di, Giulia (eds.), XVI Congresso Internazionale di Storia della Corona d’Aragona. La Corona d’Aragona ai tempi di Alfonso il Magnanimo, vol. II, Ed. Paparo, Nápoles, 2000, pp. 981-1009. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 45-114. ISSN: 0482-5748


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