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REVISTA_DE_SANIDAD_FAS_ABR_JUN_2016

Los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés en la Junta Médico Pericial... Sanid. mil. 2016; 72 (2)  121 de acontecimiento se cuenta con la “ventaja” de que los médicos militares encargados de peritar estos casos, conocen perfectamente la institución militar por ser miembros de la misma y por haber estado destinados previamente en algunos de los destinos más exigentes y operativos de los Ejércitos, de la Armada y de la GC. Se han realizado muchos estudios, tanto en España como en otros países, para ver el grado de satisfacción de distintos colectivos laborales pero muy pocos a nivel militar tanto a nivel nacional como internacional. Algunos de los pocos que se han publicado en ese ámbito han sido ya comentados anteriormente. Los accidentes in itinere, en tránsito hacia o desde el destino, ocasionaron casi un 10% de los trastornos de este tipo incluidos en la muestra, probablemente por la importante movilidad geográfica de los miembros de las FAS y de la GC y por la dispersión geográfica de las distintas Unidades Militares. Resulta muy interesante lo referido anteriormente sobre la influencia en el medio militar español del agotamiento emocional y la insatisfacción laboral en los accidentes. También sobre la relación que existe entre los accidentes in itinere y el conflicto entre la vida familiar y laboral y con las dificultades para progresar en la carrera profesional. Los escenarios bélicos, que son los acontecimientos específicamente militares, produjeron sólo el 7% de los casos de trastornos psiquiátricos relacionados con traumas y factores de estrés de este estudio. El motivo de su baja frecuencia habría que buscarlo en que, afortunadamente, nuestro país disfruta de una paz sólida y duradera. Por otra parte, los casos bien documentados en acciones “bélicas” fuera del territorio Nacional han sido ocasionales. Estos escenarios pueden acabar tornándose “bélicos” y ello a pesar de que el objetivo de los mismos haya podido haber sido otro como es el caso de las llamadas “misiones de mantenimiento de la paz”. En algunos estudios se hace hincapié en el papel de la duración de los diferentes despliegues a distintos escenarios en la aparición de los diferentes trastornos de este tipo. Así se ha podido ver como un despliegue de más de 180 días aumenta las probabilidades de TEPT de 1,11 a 2,84 veces comparado con un despliegue corto22. Otros estudios pormenorizan los diversos escenarios bélicos potencialmente traumatizantes, como el realizado en un grupo de 100 soldados polacos desplegados en Afganistán23 y en el que se observó que el 73,3% de los miembros del grupo de estudio fueron expuestos directamente a la pérdida de vidas, el 40% conocía a alguien que fue herido o muerto, el 60% fue testigo directos de la muerte o lesiones mortales, el 25% de soldados hizo fuego sobre el enemigo y el 3,3% fueron los autores de la muerte de combatientes enemigos. Además, sólo el 2% de los soldados que habían experimentado problemas de salud y parecían conscientes de ellas, estaban interesados en recibir ayuda. Parece que esto era debido al temor de los soldados de parecer enfermos mentales, lo que podría ser considerado lesivo para su carrera militar. Otros acontecimientos o eventos como las agresiones, los accidentes graves de familiares o los encarcelamientos fueron prácticamente testimoniales en este trabajo. La primera variable personal incluida en este estudio fue el sexo. Y se ha encontrado que sobresale el dato de la desproporción de hombres con respecto a las mujeres (85/15), en una magnitud ligeramente superior de mujeres con respecto a la que se encuentra en la población diana (88/12). Desde la incorporación de la mujer a las FAS y a la GC en el año 1988, ha ido aumentando progresivamente el porcentaje de mujeres en ambas, pero aún persiste una importante mayoría global masculina. Según datos del Observatorio Militar para la Igualdad, en diciembre de 2012, el porcentaje de efectivos en las FAS por sexo era del 87,7 % para hombres y del 12,3 % para mujeres. Estos datos son globales interesando destacar que hay Ejércitos/Cuerpos /Escalas donde el porcentaje de mujeres es mayor, como es el caso de los llamados Cuerpos Comunes de las FAS en donde el porcentaje de mujeres alcanza el 20,1 %. Las FAS españolas coinciden con las de otros países con más larga experiencia en cuando a la inserción de las mujeres a los Ejércitos, como es el caso de EEUU o Canadá. En todos ellos, se observa una mayor representación de mujeres en los Cuerpos Comunes de las FAS, frente a otros puestos como son los de combate24. Con el paso del tiempo, ha ido aumentando su integración con el desarrollo de sucesivas medidas legislativas, que han conseguido una participación absolutamente plena e igualitaria de la misma en la actualidad. Así en España, actualmente no hay limitaciones formales, ni reservas específicas para las mujeres candidatas a las FAS. Los baremos son los mismos para las mujeres que para los hombres, a excepción de las pruebas físicas, algo más ligeras para ellas, siguiendo directrices del Consejo Superior de Deportes. También se han ido estableciendo normas específicas para mejorar la integración de estas mujeres en cuanto a habitabilidad y uniformidad, atención a la maternidad y conciliación familiar, relaciones personales y régimen disciplinario25. En perspectiva comparada internacional, como en España, también en Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá o Dinamarca, se ha logrado legislar para que la inserción de las mujeres en sus ejércitos se lleve a cabo sin restricciones de ningún tipo. Esta situación, sin embargo, no es común a todos los países. Algunos mantienen restricciones, bien de destinos o bien de puestos a ocupar por las militares. Concretamente, EEUU, pese a ser pionero en impulsar ciertas medidas de integración a todos los cuerpos y empleos militares, restringe la adscripción de mujeres a unidades de choque, apartándolas de destinos terrestres para el combate cuerpo a cuerpo. En otros países las mujeres pueden acceder sin restricciones a fuerzas terrestres pero tienen restringido su acceso a la marina o a la fuerza aérea; es el caso de Venezuela o Perú. Países como Colombia o Ecuador restringen directamente el ascenso profesional a determinados escalafones26. En el reciente DSM-5, se afirma que ser mujer es un factor de riesgo para los trastornos de este tipo más graves como el TEPT (aparte de que en las mujeres tiene una mayor duración). Los resultados de investigaciones como la realizada tras los atentados del 11-S en New York por el profesor Galea27 avalan ese aspecto epidemiológico. En dicha investigación, que tuvo una muestra superior a mil personas adultas (N=1008) residentes en Manhattan, se encontró que a las 5-8 semanas de los atentados un 7,5% (4,8% en varones y 9,9% en mujeres) presentaba los síntomas del estrés postraumático y un 9,7% (7,3% en varones y 12% en mujeres) tenía depresión. Las mujeres aparecían, por consiguiente, como más vulnerables tanto para la aparición de un trastorno depresivo y sobre todo para la aparición de un TEPT. Este estudio fue prácticamente replicado en España, a raíz de los atentados del 11-M en Madrid28, y en él las mujeres se ven doblemente más afectadas de trastornos de ansiedad y depresión y cuatro veces más afectadas de TEPT. Para finalizar este apartado, resulta de un interés excepcional el análisis de la Incapacidad Laboral por contingencias comunes debidas a este grupo de trastornos realizado por Enguita y Ramos29 en Iber


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