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MEMORIAL DE INFANTERIA 74

BIBLIOGRAFÍA Marine Corps. Tank Battles in the Middle East 113 constatación de que los errores no desaparecen en las intervenciones reales, con trágicas consecuencias. A lo largo de las páginas encontramos de todo, desde las di-fíciles condiciones de alojamiento antes del inicio de las operaciones terrestres, el cambio de carro de combate una vez en el teatro (el curso de once semanas se im-partió en dos), un infierno logístico (en especial con el combustible), la adaptación al desierto, o la imposibi-lidad de realizar el necesario adiestramiento intensivo con fuego real previo al combate. El libro también se ocupa de los LAV-25. Estos vehículos de combate solo podían transportar una escuadra. Tal vez por ello los batallones tuvieron varias denominacio-nes (reconocimiento/infantería blindada). Su compra se decidió en aras de la ligereza, una pugna por el espacio en bodega siempre presente en los marines que coloca a sus tanques en riesgo permanente. También encon-tramos a los viejos AAV (los veteranos transportes de cadenas que siguieron siendo el principal vehículo de infantería en esa guerra). Uno de los episodios más interesantes se produjo cuan-do las interferencias iraquíes impidieron la coordinación en un combate de encuentro con una unidad AC/MZ iraquí. Tanto un lanzador TOW (sobre LAV) como los A-10 alcanzaron a vehículos propios. En posteriores movimientos, los trucos más simples evitarían nuevos incidentes. Finalmente, un TOW destruiría el vehículo de EW hostil. Otra enseñanza vital fue que los proyectiles de 25 mm no eran inofensivos contra los carros, ya que destruían sus elementos de visión. Resulta increíble que a punto de iniciar el ataque se ca-reciese de una doctrina clara de cooperación carros/ infantería a pie, así que fue necesario que los carristas explicasen la suya al resto de los infantes, en particular la conveniencia de agregar compañías y no secciones a los batallones (algo completamente lógico en ese terre-no). Tras la campaña, esa enseñanza pareció clara (el en-tonces TCol. Mattis3 pretendió adelantarse a la reforma actual del Army y quedarse con «su» compañía acora-zada de vuelta a casa). Afortunadamente la receptividad era completa y los CC encabezarían normalmente los ataques4. Durante toda la operación resulta patente la imposibilidad de que la preparación lo cubra todo y la importancia de la capacidad de adaptación ahora recogi-da en nuestra doctrina, con episodios como la apertura de brechas sobre la marcha (a bayoneta) o el recurso a 3 Conocido de los lectores, entre otras cosas, por su colaboración a la publicación sobre contrainsurgencia conjunta: Army-Marines 4 Recuerde el lector que esto no es un axioma, sino que depende de la situación. Aquí claramente acertado. los GPS civiles (por falta de fiabilidad del sistema mili-tar), la sustitución del sistema de ignición de los MICLIC por carrera a vanguardia, colocación manual del explosi-vo y carrera a retaguardia. La guerra del Golfo nos deja una enorme cantidad de anécdotas sobre el combate en el desierto. Abarcan todo: logística, enfrentamientos, errores y sus causas, técnicas de tiro, empleo de los agrupamientos de armas contracarro, fratricidio, aparición inesperada de unida-des iraquíes (dado el terreno y la superioridad ISTAR), la caída de las medidas de coordinación al adelantarse los marines a las previsiones (a la que Schwarzkopf respon-de con la orden de adelantar la ofensiva del V Cuerpo de Ejército), la degradación de las cámaras térmicas por el calor, el empleo eficaz de humos contra los Sagger, los liberados vitoreando las banderas de los carros de com-bate (estaban prohibidas para no herir sensibilidades) y un larguísimo etcétera. Es lo mejor del libro. La guerra de Irak arroja menos novedades por ser un tema recurrente, ya recogido en el Memorial. Cabe des-tacar la visión diferente de las doctrinas Shock and Awe


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