NACIONAL ENERO 2017 | TIERRA Nº 19 Para “dar juego” a todos ellos, se plantean diversos escenarios dentro del simulacro. Por ejemplo, se coloca un bidón de gasolina, a una cierta distancia del aparato supuestamente siniestrado (por seguridad), al que se le prende fuego, para que tengan que intervenir los bomberos. Para practicar una excarcelación, dos de los miembros de la tripulación se colocan en una furgoneta que imita la cabina del helicóptero. A otro se lo encuentran tendido en el suelo a una cierta distancia, como si hubiese salido despedido por el impacto. El resto —los otros cuatro— se queda dentro del Chinook, de donde tienen que ser rescatados, y son clasificados según su gravedad. Una vez estabilizados, se les evacúa de manera simulada. Tanto el equipo contraincendios como el sanitario de la base presencian estas actuaciones con el objetivo de extraer lecciones que puedan servir para mejorar sus procedimientos de actuación. En el momento en que todos los miembros de la tripulación se encuentran atendidos, el fuego ha sido extinguido por completo, y la zona está asegurada y libre de peligro, se da por finalizado el simulacro de emergencia. No obstante, el trabajo no termina aquí. Con lo aprendido en esta experiencia pionera, los responsables de seguridad de vuelo de la base “Coronel Maté” podrán sacar conclusiones para mejorar los procedimientos internos asociados a la actuación en este tipo de supuestos, así como establecer un protocolo de actuación con las autoridades civiles; para dar la mejor respuesta en las duras y en las maduras. ¢ 21
TIERRA EDICION DIGITAL 19
To see the actual publication please follow the link above