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MEMORIAL CABALLERIA 82

Orgánica y Materiales Si bien el escenario urbano disminuye la necesidad de hacer frente a medios acorazados ene-migos a los máximos alcances posibles, el concepto de cañón, como arma principal de un carro o vehículo de combate de caballería, sigue siendo totalmente válido. La tendencia para los carros de combate es la de mantener sin cambios su armamento principal (120 mm en el ámbito occidental), ya sea de 44 o 55 calibres de longitud, y para el caso de los vehículos de reconocimiento y combate, aumentar sus cañones hasta los 30/40 mm. Las experiencias, tanto propias como las de los ejércitos de nuestro entorno, apuntan a que estos cañones de pequeño calibre se consideran muy efectivos para actuar en este tipo de escenario. La longitud del cañón, especialmente en los CC, es otro aspecto a tener en cuenta por la limita-ción que puede suponer en ocasiones (trazado de calles, mobiliario urbano, etc.) para la adquisición de objetivos en ciertas direcciones. Para su óptimo empleo en zonas urbanizadas, el cañón presenta ciertas deficiencias que deben ser tenidas en cuenta. El bajo perfil del casco y el diseño de la torre restringen sus ángulos de elevación, viéndose limitadas (en mayor o menor grado según el modelo) las posibilidades de batir objetivos cercanos situados en edificios elevados o próximos al nivel del suelo1, lo que se traduce en un grave inconveniente cuando se trata de responder al fuego a distancias cortas desde sótanos o azoteas. Para contrarrestar esta limitación, más allá de mejorar los futuros diseños, se está revisando la configuración del armamento secundario del vehículo en busca de una mayor versatilidad en la respuesta. Respecto al tiro con cañón, la proximidad con la que se produzcan los enfrentamientos hará que en ocasiones este no sea posible ni adecuado. Deberá prestarse atención a la distancia mínima de armado de espoleta de las distintas municiones y al hecho de que partes desprendibles de las mismas pueden afectar a la seguridad de las tropas propias que actúen desembarcadas. Por las anteriores consideraciones, a las que puede añadirse el riesgo a provocar graves daños no deseados, podemos concluir que no siempre podrá utilizarse el arma principal. Por ello se está potenciando la instalación de ametralladoras exteriores, lanzagranadas y dispositivos lanzadores de artificios que la complementen, permitiendo hacer frente a diferentes amenazas tanto de día como de noche y seleccionar el tipo de respuesta. Todo ello sin renunciar a la protección del tirador y bus-cando una mayor precisión (direcciones de tiro asociadas), lo que ha motivado un amplio desarrollo de las llamadas estaciones de armas y su cada vez mayor implantación en los vehículos de combate. En lo referente a municiones, ninguno de los dos tipos de municiones usualmente utilizadas por los cañones de los carros y vehículos de combate de caballería (flecha y carga hueca) es realmente útil para el combate urbano, considerándose más eficaz la munición multipropósito. Este tipo de munición se compone de cargas fragmentadas de explosivo con limitada capacidad de penetración, pero aptas para ser lanzadas contra estructuras edificadas, bunkers o vehículos con blindaje ligero. Algunas municiones de este tipo pueden estar equipadas con dispositivos de retardo para conseguir controlar el momento de la explosión de los proyectiles y mejorar así los efectos a conseguir. En los carros de combate se ha puesto especial énfasis en el desarrollo de nuevas municiones de alto ex-plosivo rompedor HE (con espoletas a tiempos y de proximidad) o de metralla (canister), de cabeza plástica aplastable (HESH) o incluso de explosivo plástico (HEP), más eficaces que las actuales multipropósito contra tropas al descubierto, vehículos ligeros, edificaciones y fortificaciones o per-sonal protegido dentro de edificios o áreas urbanizadas. Cada vez parece más conveniente y resulta más demandado poder contar en los vehículos de combate con la capacidad de disponer de armas no letales que permita dar una respuesta gradual y afrontar, por lo tanto, una mayor variedad de situaciones. Entre las lecciones aprendidas extraídas en pasados conflictos2, tanto por nuestras unidades como por las de otros ejércitos, figura la conveniencia de dotar con armamento automático de uso 1  Especialmente en los carros de combate cuya elevación de sus cañones suele estar en torno a los 20º. 2  LLAA extraídas principalmente del conflicto de Irak tanto por el Ejército USA como por el español. 60 Memorial de Caballería, n.º 82 - Diciembre 2016


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