Page 46

REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 336

militar en el terreno, no se ha visto compensada por la detención de yihadistas y plantea muchas incógnitas sobre el paradero de sus cerca de 100.000 combatientes. Muchos de ellos son de origen africano (Túnez es el país que más nacionales ha aportado al Daesh). Ya el pasado verano, un alto cargo del grupo yihadista publicó en su órgano de propaganda: «Hemos sido capaces de mover a África algunos de nuestros centros de mando, medios de comunicación y logística». Hace dos años el líder del supuesto califato, Al Bagdadi, incluyó entre sus mesiánicas aspiraciones la conquista del norte de África y el Sahel. Incluso llegó a decir cómo se llamarían las tres provincias del continente como bastión de su nuevo califato: Alkinana (que incluiría Sudán, Chad y Egipto), Habasha (Eritrea, Etiopía, Somalia y Kenia) y Maghreg (Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Mauritania, Níger y Nigeria). Pero detectar los movimiento y las amenazas a la seguridad es especialmente complejo en este corazón de África. Por ello, buena parte de las instalaciones temporales creadas por Washington son Un capitan médico de USARAF examina a un niño de un Jeremiah Erickson/AFRICOM bases de drones de vigilancia. La más importante está en Niamey, la capital de Níger, y su misión principal es vigilar y detectar los movimientos de los terroristas en la vecina Nigeria y de los yihadistas en Malí. Orográficamente, Níger está en el centro mismo de la tragedia: en los últimos meses, la crueldad de los miembros de Boko Haram ha desplazado a miles de refugiados hacia la región nigeriana de Diffa. En el norte y noreste, el armamento y los combatientes que generó la guerra de Libia (y luego convirtió en mercenarios dispuestos a venderse al mejor postor, incluido el Daesh) están desestabilizando una zona ya de por sí violenta, sobre todo por los ancestrales enfrentamientos entre las desérticas tribus de los Toubou y los Tuareg. internacional para la vida de los africanos, la estabilidad del continente y la paz de todo el planeta. El área de operaciones del Africom incluye todos los estados africanos excepto Egipto, así como todas las islas y aguas circundantes, con lo que, si es necesario, sus unidades pueden intervenir en cualquier lugar del continente. Su única base permanente en suelo africano es la de Camp Lemonnier, ubicada Yibuti y con un personal fijo de 2.000 efectivos; el resto tienen su sede en Europa (el cuartel general está en Alemania, y tiene unidades con sede en Italia y España). Pero dar respuesta a las actuales demandas de seguridad está exigiendo establecer unas capacidades ad hoc. En este momento, Estados Unidos tiene presencia temporal —bien con tropas en misiones concretas, centros logísticos, recintos, campamentos humanitarios o bases de drones de vigilancia— en Senegal, Malí, Burkina Faso, Nigeria, Níger, Camerún, Chad, República Centroafricana, Sudán, Uganda, Kenia, Etiopía, Yibuti, Somalia y Seychelles. Son, todas ellas, operaciones coordinadas con los gobiernos locales para colaborar con sus fuerzas armadas, la ONU o la Unión Africana en labores de seguridad y pacificación. PROYECTAR ESTABILIDAD El Sahel (y sus países colindantes) es la región más insegura del planeta. Es una extensión de tres millones de kilómetros cuadrados sometida a un fortísimo proceso de desertificación que genera no sólo hambruna (viven cerca de 20 millones de personas), sino también ingentes oleadas de desplazados e inmigrantes. La zona es, además, víctima de gobiernos débiles, muchos de ellos en guerra civil, con graves problemas económicos y unas capacidades muy mermadas. orfanato en Ougadougou (Burkina Faso). Actualmente hay cuatro focos activos de movimientos yihadistas: uno en Somalia, la milicia Al Shabab (el primer acólito de Al Qaeda fuera de Afganistán y que ahora ha jurado fidelidad al Daesh) controla un tercio del país. Otro es Boko Haram (adepto también al autodenominado EI), que ha instalado su feudo al norte de Nigeria y controla áreas de Camerún, Níger y Chad. En tercero en Libia, donde las huestes del Daesh han tomado las ciudades de Sirte, Ras Lanuf y Derna. Y, cuarto, Al Qaeda del Magreb Islámico y sus grupos afines, que tiene una fuerte implantación en el Sahel y norte de África (en Malí se han hecho con una parte del país). Por si fuera poco, la derrota en Mosul y la evidente pérdida de terreno en Siria está dirigiendo los temibles ojos del Daesh hacia esta zona. La incontestable derrota El Africom mantiene programas sanitarios, de ayuda humanitaria y de formación para las FAS locales 46 Revista Española de Defensa Febrero 2017


REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 336
To see the actual publication please follow the link above