Page 103

REVISTA HISTORIA MILITAR 112

102 ENRIQUE GARCÍA CATALÁN punto de partida para dar solución a los problemas de alojamiento que en 1880 puntualmente seguía sufriendo el vecindario. El cuartel del Trilingüe estuvo ubicado en el antiguo colegio de este nombre, situado en un solar cercano a las Escuelas Menores (hoy Facultad de Físicas). Lindaba al sur con el convento de la Merced, del que le separaba una plazuela de forma irregular. Al oeste con la calle de la Longaniza (Bal-mes), al este con la de las Mazas y al norte con una calle sin nombre. Fue construido por Rodrigo Gil de Hontañón a partir de 1557, sin que la obra llegara a terminarse. Aunque quedó afectado después de la Guerra de la Independencia, entre 1829 y 1834 la Universidad pudo realizar trabajos de reconstrucción supervisados por Tomás Francisco Cafranga33. Entre otros reparos se re-pusieron algunos arcos del patio. Sin embargo, la intervención de mayor envergadura se inició a partir de 1860, coincidiendo con la recuperación del barrio de los Caídos, entorno donde se encontraba el edificio histórico y una de las zonas de la ciudad arrasada durante la Guerra de la Independencia. Entonces la Universidad, autorizada por el Gobierno, trató de reedificarlo con un proyecto más ambicioso para ubicar el nuevo colegio del Príncipe Alfonso. Se preveían invertir 156.000 reales según el plan del arquitecto municipal Francisco Nieto. Se habilitarían habitaciones para 120 colegia-les mantenidos con las rentas de los antiguos colegios suprimidos, que el Gobierno restablecería en parte34. En 1867 José Secall realizó el proyecto definitivo, para el que se utilizaría piedra procedente de las ruinas de los colegios de Cuenca y San Pelayo, y las obras comenzaron en enero de 1868. Con esta iniciativa se conseguiría recuperar en parte el espíritu universitario que había tenido el barrio antes de la guerra. Aunque se hicieron algunas obras, nunca se terminó el proyecto, por lo que el edificio estaba vacío cuando el Ayuntamiento lo solicitó para esta-blecer el cuartel. Formaron parte de la comisión municipal del asunto Joa-quín Hernández Ágreda y Timoteo Muñoz Orea, que se entendieron con el 33  CASASECA CASASECA, Antonio: Rodrigo Gil de Hontañón (Rascafría, 1570 - Segovia, 1577). Junta de Castilla y León. Salamanca, 1988, pp. 270 y 271. CASTRO SANTAMARÍA, Ana y RUPÉREZ ALMAJANO, María Nieves: «Colegios desaparecidos». Historia de la Uni-versidad de Salamanca. (T. II. Estructuras y flujos). Ediciones Universidad de Salamanca. Salamanca, 2004, p. 473. 34  HERNÁNDEZ DÍAZ, José María: «Del decreto Pidal al primer rectorado de Unamuno», en Historia de la Universidad de Salamanca. Trayectoria y vinculaciones, Tomo I, pp. 239-262. Universidad de Salamanca. Salamanca, 2002, p. 260. En 1815 Fernando VII restableció los colegios universitarios, pero se cerraron de nuevo en 1821 y quedaron todos unidos en el nuevo colegio Científico en 1840. En 1846 las rentas se aplicaron a la Universidad. FALCÓN, Modesto: Salamanca artística y monumental. Caja Duero. Salamanca, 2000 (Ed. Or. Imprenta de Telesforo Oliva, Salamanca, 1867), p. 42. Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 102-126. ISSN: 0482-5748


REVISTA HISTORIA MILITAR 112
To see the actual publication please follow the link above