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REVISTA HISTORIA MILITAR 112

118 ENRIQUE GARCÍA CATALÁN parte antigua se utilizó un tipo de cubierta más tradicional, con armadura de madera y teja árabe, similar a las existentes en otras partes del edificio. Según los ingenieros militares, al redactar el proyecto también tuvieron en cuenta las ordenanzas municipales en lo que a luces, rasantes, vuelos de balcones, etc. se refiere. Toda la tierra de los desmontes se arrojaría al terreno escarpado del oeste, hacia los Milagros, que consideraban entonces como un vertedero. Las obras dieron comienzo de inmediato, con un crédito de 5.000 pesetas que ofreció el Gobierno. En junio de 1899 ya se habían habilitado algunos locales para guardar carruajes y se había consolidado por completo el edificio. Sin embargo, las obras llevaron después un ritmo más lento, por-que en 1912 todavía se trabajaba50. 2.5. El cuartel deseado. El colegio de Calatrava El colegio militar de la orden de Calatrava se levanta al oeste de la ciudad, detrás del convento de San Esteban y muy cerca de la Puerta de Santo Tomás. Se comenzó a construir en 1717 con trazas del arquitecto Joa-quín de Churriguera y las obras terminaron en 1790 en la zona de la capilla. Como la mayoría de los edificios monumentales de Salamanca, quedó muy afectado después de la Guerra de la Independencia. Los colegiales consi-guieron rehabilitar entre 1828 y 1832 una tercera parte del conjunto, que coincidía con la crujía de la fachada principal. En 1832 lo ocupaban los colegiales de la orden de Calatrava reunidos con los del colegio del Rey, que no habían terminado de reconstruir su edificio. En total vivían unos veinticuatro becarios en las dependencias habilitadas. Después de la desamortización fue entregado al obispado, que estableció unas escuelas en parte de sus dependencias. Después el Estado lo incautó y entregó al ramo de Guerra. En 1846 fue reconocido por el ingeniero militar de Ciudad Rodrigo y el arquitecto municipal Tomás Francisco Cafranga para alojar a los quintos de la provincia. Se gastaron 1.760 reales en habilitarlo, construyendo tabiques o colocando puertas, pero finalmente el edificio fue devuelto al prelado. En 1862 el Ejército inició conversaciones con la diócesis para estable-cer allí el Gobierno militar instalado en Ciudad Rodrigo y el escuadrón pro-vincial. Dos años después se habían avanzado algunos acuerdos. La diócesis y el Ejército intercambiarían los edificios de Calatrava y San Esteban51, e 50  La memoria descriptiva del proyecto del Parque Administrativo se conserva en el A.G.M.S. Sección 3, División 3, Legajo 680. 51  Una Real Orden de 1 de abril de 1862 autorizó al estamento militar para que pudiera negociar la permuta de San Esteban por otro edificio. Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 118-126. ISSN: 0482-5748


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