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REVISTA HISTORIA MILITAR 112

INFRAESTRUCTURA CASTRENSE DE SALAMANCA EN EL SIGLO XIX 95 la oportunidad de conservar el monasterio más antiguo de la ciudad cuan-do todavía existían buena parte de las tan nombradas bóvedas labradas del claustro bajo13. En 1839 la Junta de Enajenación lo tasó para proceder a la venta. Se encargó de la tasación el ingeniero de caminos Pedro Severo, que le dio un valor de 93.900 reales. El Ayuntamiento no estuvo de acuerdo con la crecida suma y recurrió para que se encargara de los trabajos un arqui-tecto dependiente de la Junta de Enajenación, aunque las actas municipales no recogen ningún tipo de respuesta, por lo que debió mantenerse el valor indicado por el ingeniero14. En 1840 el Estado lo subastó y fue adquirido por la empresa de la plaza de toros del Campo de San Francisco, para utilizar su piedra en el nuevo coso. Los restos de dos lienzos del claustro con las bóvedas trazadas por Juan de Badajoz en el siglo xvi se conservaron durante algunos años. En el antiguo colegio de los Jesuitas las dependencias del colegio de los Irlandeses y la zona del Seminario Conciliar fueron ocupadas por la Guardia Real de Cazadores Provinciales y un escuadrón de caballería en la planta baja15. En tres aulas de las escuelas menores alojaron a otros miem-bros de la Guardia Real, en el convento de San Esteban al Regimiento de Almansa (1.000 soldados solo en la planta baja, en las dependencias altas siguieron viviendo 102 frailes dominicos), en el colegio de Guadalupe, con partes habilitadas pero todavía sin ocupar por los colegiales, ubicaron esta-blos de mulas y caballos, 106 animales en total, almacenes de material de la brigada de artillería y alojamiento de 150 hombres del tren de artillería. En el monasterio de San Jerónimo, junto al colegio de Guadalupe, vivían los frailes, que habían habilitado lo imprescindible, pero la planta baja fue desti-nada para cuadras. No lejos de estos edificios, en el colegio de los Huérfanos se acomodó la tropa de artillería de a pie, y el convento de San Bernardo, al oeste de la ciudad, fue ocupado con dos escuadrones de caballería. Además, el colegio Viejo, donde solo vivía el rector, estaba de reserva para alojar los cuerpos que fueran llegando; su estado era bueno y no había que hacer de-masiadas obras. Y por si las necesidades lo requerían, estaban los conventos de San Antonio el Real y el Carmen Descalzo, que de momento seguían ocu-pando los religiosos. Otros edificios no pudieron utilizarse porque estaban destruidos o inservibles, entre ellos el colegio del Rey, Trilingüe, Cuenca, Oviedo, la Vega, la Magdalena, Sancti Spíritus, San Francisco, San Antonio 13  A.M.S. Actas, 5-I-1838. 14  A.M.S. Actas, 1839. 9-XII. 20-XII. 15  Parece que el cuartel de caballería permaneció en las dependencias del Seminario hasta 1854, cuando fue desalojado. A.G.M.S. Sección 3, División 3, Legajos. 145, 504 y 681. A.M.S. Actas, 1852. 9-II. 15-III. Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 95-126. ISSN: 0482-5748


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