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REVISTA HISTORIA MILITAR 112

INFRAESTRUCTURA CASTRENSE DE SALAMANCA EN EL SIGLO XIX 97 maltrataron hasta dejarlos inutilizados después de que sus legítimos dueños los hubieran empezado a reparar transcurrida la Guerra de la Independencia. Las agónicas declaraciones del prior de San Vicente en 1832 son un buen testimonio del nefasto efecto que tuvo en los edificios el paso de las tropas, que los maltrataron airadamente. Los monjes de San Vicente denunciaron que durante la ocupación los militares destruyeron puertas y ventanas para hacer hogueras y arrancaron tablas, hierros y otros materiales. Los monjes llamaron la atención del gobernador militar expresándole que es público, señor, que se han sacado tablas arrancadas, madera de labor y de taller, ye-rro y otros materiales, y que están abandonados los efectos de valor que allí conserva la comunidad. El estamento militar anteponía a cualquier interés la supervivencia de la tropa, sobre todo en los duros inviernos17. También es cierto que las quejas parten de unos militares afines a un contexto liberal moderado, que no comulga con el exceso de liberalismo que defendieron los militares responsables del maltrato a los edificios en otras épocas. Ante la falta de cuarteles, el Gobierno cedió para este fin algunos edi-ficios enajenados después de la desamortización. También el Ayuntamiento intervino; cualquier esfuerzo económico o administrativo en este sentido podía resultar muy rentable y beneficioso a corto plazo para la ciudad, pues mantener o retener constantemente en ella una fuerza considerable del ejér-cito suponía una importante demanda de servicios. Su protagonismo llegó cuando solicitó al Estado algunos edificios para disfrutarlos en usufructo y destinarlos a este fin. También la Universidad y el Obispado formaron parte de las negociaciones, como propietarios de algunos inmuebles más o menos apropiados para acuartelar tropas. En los párrafos siguientes nos ocupamos de los edificios que se utili-zaron para establecer cuarteles y hospitales militares permanentes. 2.1. El cuartel de San Esteban (1835-1842 / 1854-1880) El convento de San Esteban fue uno de los edificios monumentales de la ciudad que menos sufrió durante la Guerra de la Independencia. En 1814 estaba en condiciones de ser habitado por el prior y los doce miembros de la orden dominica que llegaron a Salamanca para retomar la vida en comu-nidad18. 17  GARCÍA CATALÁN, E.: op. cit. (2005), p. 148. 18  A.M.S. Actas, 1814. 28-II. 11-III. Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 97-126. ISSN: 0482-5748


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