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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 911

REVISTA EJÉRCITO • N. 911 MARZO • 2017  91  SECCIONES FIJAS hombres menos uno, que fue cogido prisionero y sacrificado ritualmente. Después los indios procedieron a atacar todas las fortalezas españolas de la zona. Un informe del nuevo gobernador, escrito en 1600, señala que después de la batalla de Curalaba murieron en otros combates 700 españoles, y fueron capturados por los indios 300 mujeres y niños, además de decenas de miles de reses y caballos. En 1601 fue nombrado gobernador Alonso de Ribera. Este, tras diversos combates, propuso al rey en 1604 crear una unidad profesional permanente. Esta se fundó con 1500 soldados y tomó el nombre de Tercio del Arauco. Con estas fuerzas fue recuperado el territorio perdido hasta obtener el parlamento de 1612, al que siguieron nuevas rebeliones. En 1641 el Marqués de Baydes alcanzó un tratado de paz con los araucanos, con un artículo que les obligaba a que ninguna nación extranjera pudiese desembarcar en esas costas, que fue cumplido puntualmente obligando los indios a los holandeses a abandonar el país en 1643. Aún hubo otra guerra entre 1655 y 1665 y otra en 1723, de corta duración pero en la que los araucanos tomaron Tucapel, Arauco y Puren. Cuando se firmó ese año la paz entre españoles y araucanos, concurrieron en una llanura 120 ulmenes encabezando a más de 2000 guerreros. Anudados los bastones de los ulmenes con el del representante español, como símbolo de unión, un araucano glosó en su lengua las desgracias de la guerra y ensalzó la paz, haciendo lo propio un orador español. Desde entonces cada vez que cambiaba el virrey de Perú, se realizaba de nuevo este acto, en el que los indómitos araucanos aceptaban la autoridad de España, mientras mantenían sus jefes naturales y costumbres. Aún en 1766 hubo una nueva revuelta al intentar el gobernador Antonio Guill Gonzaga que los araucanos construyeran ciudades. Tras una guerra de casi un año, y tras pasarse los indios Pehuenches, aliados de España, al bando contrario, se firmó la paz en Santiago. El plenipotenciario araucano pidió que estos tuvieran un ministro permanente ante el gobernador, en la Ciudad de Santiago, lo que les fue concedido. El mando militar español en aquellos años lo ostentaba el virrey del Perú que, en calidad de capitán general, tenía por debajo al maestre de campo, al sargento mayor y al comisario. Disponía en la ciudad más próxima a la frontera araucana, Concepción, de tropas de caballería, infantería y artillería. Además, toda la población civil estaba alistada en regimientos a los que debían acudir en caso de guerra. Cuando a principios del siglo xix comenzaron las insurrecciones de algunos criollos, estos grandes guerreros araucanos, que sentían gran admiración por la valentía del soldado español, lucharon a favor de España. También en esos combates mostraron ser los mejores combatientes de entre todos los indígenas. BIBLIOGRAFÍA −− La Araucana, Alonso de Ercilla. Tres volúmenes fechados en Madrid 1569,1578 y 1589. −− La Guía del Viagero Universal o Noticia del Mundo. D.P.E.P. Imprenta de Villalpando, 1797. Jesús Javier Corpas Mauleón J. Javier Corpas Mauleón es reservista honorario del RCZM América 66. Ha publicado trabajos en las revistas Española de Historia Militar, SERGA y Calle Mayor, así como los libros Guerreros, historias de mil años y Por Montes y Valles, siempre sobre historia militar española.■ RELATO BIOGRÁFICO DE UN CAPITÁN DE CARABINEROS Francisco Moreno del Collado. Teniente. (RV) En 1934 Manuel Moreno era teniente de carabineros, el cuerpo por entonces responsable de la vigilancia de las fronteras, aduanas y la represión del contrabando. Estaba destinado en Castro Urdiales, villa marinera situada en la costa oriental de Cantabria. Vivía, junto con su mujer y su numerosa prole, en una casa de dos plantas en las afueras de la población.


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