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REVISTA GENERAL DE MARINA MARZO 2017

pronto se aprobaría un plan de nuevas construcciones para renovar unidades, siendo uno de los más ambiciosos proyectos el de implantar una serie de buques cuya misión primordial fuese la guerra de minas. Para ello se autorizó la construcción de 14 dragaminas, en dos tandas de siete, para las factorías de San Fernando y Cartagena del entonces denominado Consejo Ordenador de Construcciones Navales Militares, actual Navantia, buques todos ellos que iban a ser bautizados con nombres de ríos españoles, tradición que ha llegado hasta nuestros días. Así, el «inocente » día 28 de diciembre de 1942, se ponía la quilla de la primera de las unidades en Cartagena, al que se le asignaría el nombre de Bidasoa, y LIBROS Y REVISTAS que sería botado el 15 de septiembre del año siguiente, 1943. A pesar de la relativa rapidez en su construcción —apenas transcurrieron nueve meses entre ambas puestas, de quilla y a flote—, los precarios medios de la época retrasaron dos años y medio su entrada en servicio, el 25 de abril de 1946. En enero de 2016, el EMA estableció precisamente esa fecha de Alta en la Lista Oficial de Buques de la Armada del Bidasoa como referente de la creación de la actual Fuerza de Medidas Contra Minas, pues a pesar de que con anterioridad otras unidades navales habían sido habilitadas para actuar en misiones de guerra minas, fue de manera provisional y esporádica; en ningún caso antes de esa fecha había habido en la Armada un buque construido específicamente para tal fin. Así, con motivo de haberse cumplido recientemente el 70.º aniversario de esa efeméride, un antiguo miembro de las dotaciones de estos buques, ha recopilado en un libro el historial resumido de todos ellos, desde el citado Bidasoa hasta el actual cazaminas Tajo, última unidad incorporada a esa específica rama de la guerra naval, así como anécdotas y vicisitudes de esos 2017 421


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