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REVISTA GENERAL DE MARINA MARZO 2017

HISTORIAS DE LA MAR Esta foto del Arcturus confirma que ya no se hacen petroleros tan bonitos como los de antes. En el torrotito se aprecia el reflector exigido en el canal de Suez, pero no es descartable que lo hayan montado para una salida de pruebas en aguas del mar del Norte. Los más observadores notarán la ausencia de algunos portillos justo bajo el puente, aunque no deben sospechar ninguna ratería porque en otra foto de este artículo parecen faltar portillos diferentes, sugiriendo cierres interiores de color blanco. (Foto de autor desconocido procedente de la página web Greek Shipping Miracle). superestructura de popa, sobre una sala de máquinas que alojaba dos calderas, dos turbogeneradores y dos turbinas acopladas a un único eje, al que suministraban 12.000 SHP para 15,75 nudos. Durante diez años el Arcturus navegó sin pena ni gloria hasta que, en 1963, Fairplay (que significa «juego limpio») se lo vendió a otra corporación panameña en el escenario de la quiebra de su matriz (Kulukundis Maritime Industries) y circunstancias poco ortodoxas. A partir de esta operación la biografía del petrolero se transforma en una página de sucesos. Una investigación desveló que a lo largo de su vida había sufrido más de 100 accidentes, concentrando 19 de especial gravedad a partir de 1964. Ese mismo año los dos turbogeneradores resultaron knocked out en Nápoles, y al siguiente se quedó tirado cuatro días en Cristóbal por una avería en las bombas de alimentación de las calderas. Pero la cosa empezó a animarse en 1967, con un abordaje en aguas japonesas; tres incendios en las calderas que obligaron a remolcarlo a Singapur; otra pérdida de propulsión que obligó a remolcarlo a Osaka y dos arribadas por avería en Honolulu. Sin ánimo de ser exhaustivos, en 1968 chafó la popa contra un muelle en Madrás, en 1969 embarrancó en Borneo y en 1971 volvió a hacerlo en Calabria. 2017 267


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