Page 35

REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA CERVANTES

34 MANUEL FERNÁNDEZ NIETO los relatos, todo caballero andante ofrece sus actos y es fiel a una dama y así don Quijote inventa, a partir de «una moza labradora de muy buen parecer» llamada Aldonza Lorenzo, a Dulcinea del Toboso. Cervantes en este capítu-lo inicial, hace que el hidalgo manchego copie los aspectos externos de un caballero andante, pero en contraposición a los protagonistas de las novelas de caballería: armadura, caballo, nombre y dama de sus pensamientos, son paródicos. Se ha discutido mucho si Cervantes tomó a don Quijote de la rea-lidad, si se inspiró en un ser vivo. Pero sea real o imaginario el personaje de don Quijote, el autor describe a su protagonista de forma paródica: su edad, cercana a los cincuenta años, era totalmente inadecuada para ejercer la profesión de las armas en un momento en que esta se basaba en la fuerza física pero es que, además, era «de complexión recia, seco de carnes y enjuto de rostro», y, más adelante, añade: «alto de cuerpo, estirado y avellanado de miembros, entrecano, la nariz aguileña y algo corva, de bigotes negros, grandes y caídos», prácticamente la contrafi-gura de un héroe caballeresco. De la misma manera que no conocemos su lugar, tampoco sabemos su apellido: Quijada, Quesada, Quejana..., porque lo que nos interesa es el acto por el cual elige cambiar su vida sedentaria por el oficio militar, decisión trascendente que le obliga a mo-dificar hábitos y nombre; Cervantes, además, con esta indefinición hace lo contrario que los relatos caballerescos en donde nombre y genealogía del protagonista se dan de forma detallada. Todo ello se produce como consecuencia de creer que son ciertas las fantásticas aventuras leídas en los libros de caballería. El afán de don Quijote no resultaría extraño a muchos de sus contemporáneos; es sabida la afición hacia estos rela-tos de Carlos V, el Emperador, cuyas empresas bélicas encierran ecos caballerescos. También san Ignacio de Loyola y santa Teresa de Ávila se dejaron influir por semejantes lecturas y quizás de ellas recibieron el aliento literario para sus fundaciones religiosas, verdaderas milicias para lo divino, al igual que algunos conquistadores del Nuevo Mundo lo hallaron para el valor humano. El viejo y tranquilo hidalgo, enajenado por la lectura de los relatos ca-ballerescos y sus enrevesados argumentos, decide imitar a sus protagonistas y «hacerse caballero andante, e irse por el todo mundo con sus armas y caba-llo a buscar aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama» (I, 1). La paradoja de la decisión reside en que este hombre pretende realizar una labor encomiable y, en cambio, este acto se tiene por Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2016, pp. 34-46. ISSN: 0482-5748


REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA CERVANTES
To see the actual publication please follow the link above