Page 61

REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA CERVANTES

60 FRANCISCO RAMOS OLIVER repartir la Infantería española entre los barcos venecianos y el dar protago-nismo a los arcabuceros, entre los que estaba Miguel. Los Tercios eran unidades muy flexibles, característica que le permi-tió enseñorearse del escenario militar europeo durante más de un siglo, y esta flexibilidad tanto en la orgánica como en los procedimientos, les per-mitía actuar tanto en tierra firme como embarcados. Del mismo modo que las legiones romanas, de las que toman ejemplo, los Tercios no eran uni-dades especializadas en uno u otro procedimiento, lo cual no es óbice para que en su estructura orgánica hubiera unidades con cierta especialización, como los arcabuceros por ejemplo, que podían constituirse en compañía o bien articularse en equipos que se integraban en otro tipo de compañías. Lógicamente, las compañías que venían de Granada estaban avezadas en el combate terrestre y es de suponer que recibirían algún tipo de instrucción y adiestramiento, aprovechando las travesías en barco, para capacitarlas en el combate naval, capacitación que también recibirían las que guarnecían las Dos Sicilias habida cuenta del grandísimo aparato de guerra que se hacía. El día 30 de septiembre abandona la flota Corfú y lentamente se va aproximando a Lepanto. El 7 de octubre, en el ala izquierda de la formación de combate, mandada por Agustín Barbárigo, se encuentra la Marquesa y en ella el soldado arcabucero Miguel de Cervantes de la compañía del capitán Diego de Urbina, «enfermo y con calentura». El capitán y otros compañeros le dicen que «pues estaba enfermo y con calentura, que se estuviese quedo, abajo en la cámara de la galera», a lo que Miguel responde «que qué dirían de él, y que no hacía lo que debía, y que más quería morir peleando por Dios y por su Rey, que no meterse so cubierta y que el capitán le pusiese en la parte y lugar que fuese más peligrosa». El capitán lo destinó al esquife con otros doce soldados. (Información hecha en Madrid, 1578). En este episodio se ponen de manifiesto valores éticos y morales pro-pios de un soldado que ha abrazado la profesión de las armas como respues-ta a una vocación, que la ejerce con dedicación y espíritu de sacrificio. Y estos valores son el compañerismo –la cohesión del grupo– reflejada en esa preocupación por el qué dirán de él; el honor o hacer lo que el deber le de-manda; afrontar la muerte por ideales superiores y el deseo de ser empleado en las ocasiones de mayor riesgo y fatiga. Lepanto fue una batalla terrestre en el mar y de hecho se formaba un campo de batalla sobre las cubiertas de las galeras, en el que la acción de las Infanterías enfrentadas decidía el resultado. Cuando una compañía de Infantería embarcaba, el capitán de la galera, en este caso Francisco de San Pedro, acordaba con el capitán de la compañía, Diego de Urbina, los destinos de la fuerza. Los arcabuceros se distribuían en cuatro grupos Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2016, pp. 60-76. ISSN: 0482-5748


REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA CERVANTES
To see the actual publication please follow the link above