EDITORIAL Relanzar la Unión Europea desde la defensa Sesenta años después del Tratado de Roma, que dio origen a la UE, la defensa ha adquirido un papel esencial en el relanzamiento del proyecto europeo, tan necesario en el actual contexto de la salida traumática del Reino Unido y de las dudas sobre la capacidad de la organización para afrontar los difíciles retos a los que se enfrenta el continente. Relanzar la Política Común de Seguridad y Defensa, cuyo desarrollo estaba ralentizado, es una buena forma de relanzar la propia Unión Europea. Máxime ahora que Europa atraviesa la mayor crisis de seguridad vista desde el final de la Segunda Guerra Mundial, a causa principalmente, de la amenaza yihadista, que está poniendo a prueba, con su irracional estrategia de barbarie y terror, los mecanismos de respuesta de la UE. Ante esta realidad son acertados los pasos dados en los últimos meses por el Consejo y la Comisión Europea, como la aprobación de la Estrategia Global para la Política Exterior y de Seguridad, presentada en junio de 2016 por la Alta Representante, Federica Mogherini, y desarrollada mediante un plan de implementación; la puesta en marcha de la Capacidad Permanente de Planeamiento y Conducción de Operaciones Militares, embrión de un futuro cuartel general conjunto; y la iniciativa, aún en fase de discusión, para establecer la Cooperación Estructurada Permanente, que permitirá a un grupo de países avanzar a mayor velocidad en la integración de las capacidades. «Queremos ser protagonistas activos en una fortalecida dimensión europea de seguridad y defensa», afirmó el pasado 9 de marzo en el Club Siglo XXI la ministra María Dolores de Cospedal. Por eso España forma parte, con Alemania, Francia e Italia, del núcleo de naciones que está liderando la renovación, como corresponde a un país en el cual el proceso de integración continental en torno a la UE es elemento irrenunciable de nuestro proyecto nacional. Y desde el convencimiento de que una UE fuerte en defensa hará más eficaz a la Alianza Atlántica, España apoya la complementariedad y la cooperación entre ambas organizaciones. Para atender a estos importantes retos, María Dolores de Cospedal ha designado jefes de Estado Mayor a cuatro militares con un perfil marcadamente orientado a la acción exterior. El JEMAD, general de ejército Fernando Alejandre, es el español con mayor graduación que estaba destinado en la Alianza, ya que hasta su designación era segundo jefe del Mando de la Fuerza Conjunta de la OTAN en el cuartel de Brunssum. Le acompañan el teniente general Javier Varela (JEME), que puso en marcha, como jefe del Cuartel General Español de Despliegue Rápido de la OTAN en Bétera, la primera Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF); el almirante general Teodoro López Calderón (AJEMA), hasta ahora comandante del Mando de Operaciones; y el teniente general Javier Salto (JEMA), quien fue director de Operaciones del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la OTAN número 8 (CAOC 8), encargado de la vigilancia aérea del espacio sur aliado. Es de esperar que todos ellos aporten sus conocimientos y su valía profesional a la sugestiva etapa que ahora se inicia. RED Abril 2017 Revista Española de Defensa 5
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 338
To see the actual publication please follow the link above