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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 912

REVISTA EJÉRCITO • N. 912 ABRIL • 2017  61  de este el desarrollo de nuevas técnicas y procedimientos (C-IED), demandando para ello un gran esfuerzo de preparación. Finalizada la contribución nacional a estas operaciones, ha llegado el momento de analizar con perspectiva los retos superados en las misiones de los últimos años; aprendiendo de la experiencia y valorando los procedimientos aplicados, pero distinguiendo entre los que puedan ser de utilidad en diferentes entornos de aquellos otros que lo han sido solo en casos muy particulares. Se trata ahora de recuperar un nivel deseable de adiestramiento de la totalidad de las capacidades de este mando, más allá de la experiencia reciente, garantizando su disponibilidad de empleo en las condiciones más demandantes, sea cual sea el escenario o tipo de operación. El segundo condicionante al que se ha hecho referencia proviene de la implicación de las unidades del MING en actividades propias del Programa Funcional de Actividades de Ingenieros (PROF-LA-AIN), en el que se recogen todas aquellas actuaciones de infraestructura, tanto de mantenimiento como de inversión, en instalaciones de apoyo a la instrucción, adiestramiento y evaluación (IAE) a ejecutar por unidades de ingenieros o por las comandancias de obras de la Dirección de Infraestructuras (DIIN). Sin lugar a dudas, y al margen de la ventaja evidente que el PROF-LA-AIN supone para las unidades beneficiarias de las actuaciones, la ejecución de este proporciona a las unidades del MING recursos adicionales absolutamente necesarios para la instrucción en determinadas tareas asociadas a sus capacidades específicas. No obstante, la serie de tareas susceptibles de ser instruidas durante el desarrollo de estas actividades ni abarca la totalidad de las tareas específicas requeridas en las unidades de especialidades, ni es reflejo de los trabajos que pudieran ser desarrollados en las diferentes zonas de operaciones, y mucho menos de las condiciones de ejecución de estos. Se hace, por consiguiente, necesario establecer medidas de racionalización del empleo de unidades de ingenieros en actuaciones del PROF-LA-AIN que, de una parte, garanticen la continuidad de este y, de otra, limiten su impacto sobre la preparación de las unidades; priorizando en lo posible aquellas que proporcionen mayores oportunidades de instrucción. RETOS La presencia casi permanente en operaciones a lo largo de los últimos años —incluyendo la ejecución de importantes proyectos de castrametación—, su aportación al mantenimiento y mejora de las instalaciones de instrucción y adiestramiento en territorio nacional, la continua disponibilidad de sus capacidades para ser empleadas en apoyo a las autoridades civiles, o su contribución a la acción exterior mediante actividades de formación de ejércitos amigos son claras muestras del nivel de eficacia y compromiso del personal y de las unidades del Mando de Ingenieros. Sin embargo, en un escenario sujeto a importantes restricciones económicas y con entornos operativos en constante evolución, no son pocos los retos que este Mando debe afrontar para garantizar el mejor, y más eficiente, empleo de los recursos disponibles. Como se ha señalado en el apartado anterior, el principal reto del MING es, probablemente, el avance en el concepto de una polivalencia real de sus unidades que garantice la disponibilidad por parte del Ejército, y de forma continuada, de todas y cada una de las capacidades que en función de la situación pudiera requerir y que este mando es responsable de proporcionar, en ocasiones de forma única. Siendo muchas y diversas las capacidades por mantener y escasos los recursos, no es realista ni deseable la permanencia de unidades altamente especializadas que, de ser empleadas, difícilmente podrían mantener el esfuerzo de forma sostenida; y que de no serlo, supondrían el malgasto de unas capacidades en absoluto prescindibles. Se trata, por consiguiente, de continuar progresando en cuanto a preparación, y tal vez a medio plazo en organización, hacia la idea de «compañía de ingenieros» frente a la visión más restrictiva de «compañía de especialidades». Se trata así de lograr que todo su personal se instruya y adiestre en el desarrollo de diferentes cometidos de ingenieros, más allá de los propios de su unidad de encuadramiento, disponiendo según el caso del personal realmente especializado en los procedimientos técnicos, o los medios específicos, a emplear en la ejecución de tal función. Sin duda, la implantación de unidades realmente polivalentes actuaría como un factor multiplicador de la capacidad de apoyo de ingenieros, Ma n d o d e i n g e n i e r o s . I n g e n i e r o s d e l s i g l o x x i


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