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REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2017

TEMAS PROFESIONALES El proceso es continuo y permanente, pues a diferencia de otros problemas, la solución buscada es para uno concreto, en un momento y circunstancia determinada, pues la amenaza que lo ha creado muta y modifica sus posibilidades en función de la situación y de nuestras propias decisiones. Cualquier decisión implica renunciar a otras, y siempre incluye asumir riesgos. Si esto es una máxima en lo que se entiende por operaciones, ya no todo el mundo lo ve tan claro cuando se trata de la seguridad física, pues pocos consideran que proporcionarla es una operación militar, y en cambio sí debe ser aceptada como tal, pues una operación militar es una acción militar que se llevará a cabo según un plan establecido de antemano para cumplir determinados objetivos militares. La labor de proporcionar seguridad física diaria, en cada una de sus variantes, sea a instalaciones, personas o materiales, debe considerarse como una verdadera operación militar, con todas las implicaciones que ello conlleva. Un solo ataque puntual no convencional en territorio nacional puede poner en entredicho todas las operaciones desarrolladas en el exterior, no tanto por sus consecuencias físicas, sino por la segura repercusión mediática y afectación del centro de gravedad. La rutina y el hecho de que afortunadamente gocemos de un alto grado de seguridad no pueden hacernos caer en el hastío, porque nunca pasa nada hasta que pasa, y ya se ha dicho que la seguridad plena no existe. Si en el nivel táctico para cada tipo de amenaza buscamos una respuesta concreta y no existe una maniobra «bálsamo de Fierabrás» que nos sirva para todo enemigo y amenaza, ¿por qué no ocurre lo mismo con la seguridad física? Si la amenaza o el enemigo han variado, nuestra decisión no puede basarse en algo planteado sobre una realidad distinta a la actual. Si el enemigo es distinto, sus técnicas y tácticas habrán cambiado y, lo más trascendente, el objetivo final que persigue también será diferente. Los planes de seguridad deben confeccionarse exactamente igual que los de operaciones de nivel táctico, con las mismas herramientas y métodos, revisándose y actualizándose periódicamente en función del tipo de amenaza existente y de la probabilidad de su materialización. Por tanto, si en cualquier operación el planeamiento es continuo y se adapta a la situación, lo mismo debemos exigir a nuestros planes de seguridad, al objeto de alcanzar la decisión más acertada para cada amenaza y situación. El entorno de seguridad: islas frente a apoyo mutuo Uno de los principios básicos de cualquier operación militar es el apoyo mutuo entre unidades durante su desarrollo, pues aunque el comandante de la unidad es el responsable de llevar a cabo la misión encomendada, no es menos cierto que en el nivel táctico una unidad estará normalmente encuadrada en otra superior, y no actuará sola, sino formando parte de una maniobra. 540 Abril


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