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REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2017

TEMAS PROFESIONALES no y una libreta utilizada por una o varias personas, ahora hay una base de datos automatizada en la «nube», en la que los usuarios actualizan directamente estos sin necesidad de teleoperadores. Donde se requería un servicio postal permanente para informar al usuario o potenciales clientes, ahora existe un correo electrónico o una red social con la que se puede informar en tiempo real con una comunicación bidireccional. Podemos entender pues la «digitalización» como el proceso de convertir información analógica en formato digital con el objetivo de mejorar el acceso a las referencias que pueden ser buscadas  a través de bases de datos en Internet. Es, pues, la antesala de la cuarta revolución industrial, o la denominada «Industria 4.0». Una revolución que modificará el panorama productivo y laboral por completo. No hace mucho tiempo escuchaba una entrevista del presidente de la CEOE, Juan Rosell, en la que con razón afirmaba lo siguiente: «La digitalización es un proceso que supone un reto político, económico y social ante el que solo caben dos opciones: mirarla absortos o aprovecharla». Así pues, la digitalización ha permitido en los últimos años a empresas, instituciones y particulares que han apostado por ello un importante ahorro económico, mayor dinamismo en todos sus procesos y relaciones, mejor conocimiento de su área de interés, incremento de la competitividad y, por ende, el crecimiento de su beneficio neto. Es, por tanto, el desafío del siglo XXI al que se enfrenta la sociedad en su conjunto y al que no se puede renunciar. La industria es la que ha tomado la delantera en este proceso de digitalización, los particulares le «siguen aguas» y es la Administración Pública la que en su conjunto va más rezagada en este aspecto. En el ámbito de este último caso, podemos incluir a los CDSCA, los centros deportivos y socioculturales de la Armada, repartidos en las localidades de Cartagena, San Fernando y Ferrol, y cuya finalidad es facilitar a sus miembros y a los integrantes de los cuerpos comunes adscritos a ella la preparación física y la práctica de distintos deportes, así como fomentar las relaciones sociales, las actividades recreativas y culturales y estrechar los lazos de amistad y compañerismo entre ellos y sus familiares. Estos centros, que desde su creación han sido lugar de encuentro de los miembros de la Armada y sus familiares, y donde se fomentan y potencian los valores que cimentan los pilares de la Institución, están perdiendo la virada de la digitalización y se arriesgan a una reducción del número de usuarios, algo que afectaría negativamente a su mayor activo, su personal. Para entender este fenómeno es preceptivo contextualizar la situación de los CDSCA y compararla con la coyuntura social en el momento de su creación. En estos años, la oferta deportiva, recreativa y cultural en los antiguos departamentos de la Armada era claramente inferior a la actual. No existían los grandes centros comerciales, ni los deportivos con sus múltiples activida- 518 Abril


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