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ANTONIO LUIS JOSÉ MARTÍNEZ GUANTER En este mismo año fue nombrado: el 3 de agosto, socio de honor de la Real Sociedad Colombina de Huelva; el 18 de octubre, comendador de la Orden de Cristo de Portugal; el 6 de diciembre, correspondiente de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras y el 18 siguiente, miembro de número de la Real Academia Iberoamericana de Geografía de Sevilla. El 29 de mayo de 1930 entregó el mando de la carabela, por ser nombrado tercer comandante del acorazado Alfonso XIII, permaneciendo todo el mes de julio, y pasó en agosto con el mismo cargo al crucero Miguel de Cervantes. El 27 de julio recibe la notificación de haber sido condecorado comendador de la Orden de la Espada de Suecia, pasando poco después a graduarse como observador naval, y recibe su título por la orden ministerial del 3 de septiembre. Al llegar la República se le nombra subdirector del Museo Naval, por orden ministerial del 8 de agosto del año 1931. El cambio de sistema político supuso un empuje para el Museo, siendo inaugurado en su actual local del paseo del Prado el 12 de octubre de 1932, era su director don Manuel Medina y presidia su patronato el doctor Gregorio Marañón. A su vez, fue confirmado en su cargo Julio Guillén por orden ministerial del 18 de julio, hasta recibir la orden ministerial del 8 de diciembre de 1933 por la que se le nombra director. Comenzó Guillén un gran trabajo en todos los ámbitos del Museo, colocándolo entre los primeros del mundo a costa de no descansar, ni apenas comer. Siempre vigilante, participó personalmente en una investigación subacuática en la isla de Palma de Mallorca, y quiso continuar con los galeones hundidos en Rande (Vigo) en 1702, pero ya no le dio tiempo. Su ideal de Museo se resumía en: «… la importancia de un Museo no se la da el número de objetos que en él se reúnan, sino la calidad y el poder de evocación de éstos. Un Museo tiene que producir una emoción en el visitante, y esta emoción no se consigue con abarrotar unas habitaciones con montones de objetos como en una tienda de antigüedades (…) Un Museo, contra lo que vulgarmente se cree, es un organismo vivo». Al producirse el alzamiento nacional, se encontraba Guillén, encerrado en su Museo; al ser advertido de ello, exclamó: «¿Qué culpa tenemos quienes ignorábamos todo?» y por ello continuó en su quehacer diario. En el mes de agosto firmó el preliminar de su libro: Los Tenientes de Navío Jorge Juan y Santacilia y Antonio de Ulloa y de la Torre Guiral y la medición del Meridiano, siendo publicado a finales del mismo año 1936, sirviendo los derechos de autor para dar de comer a su familia. El 26 de septiembre fue detenido en su casa, conducido primero a la Brigada Social, pasando a los sótanos de la Dirección General de Seguridad, siendo sacado el 28 siguiente y encarcelado en la Modelo en la celda 831, donde vivió la experiencia de estar esperando ser asesinado. Al parecer pudo convencer a sus captores de su inocencia al estar en total desconocimiento de los acontecimientos; por ello el 15 de noviembre lo dejaron en libertad, logrando llegar a la legación de Polonia donde fue acogido como refugiado político. 108 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 136


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