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1074 sistema. Y, en caso de que fallase el componente terrestre autóctono, la aviación y las fuerzas de operaciones especiales norteamericanas no podrían alcanzar la victoria. Dada la dificultad de encontrar aliados sobre el terreno auténticamente competentes y fiables, el modelo Afganistán resultaría poco generalizable y estaría lejos de convertirse en una «revolución» en el modo hacer la guerra. En una línea similar Michael E. O’Hanlon sostiene que las fuerzas autóctonas rara vez combatirán de un modo que resulte congruente con los intereses de Estados Unidos107. Desarrollando un poco más el argumento de este autor, y aprovechando la perspectiva que nos ofrecen las intervenciones militares ocurridas desde entonces, constatamos que este es uno de los puntos más problemáticos del modelo Afganistán: la incapacidad de controlar el desarrollo de los acontecimientos sobre el terreno. Tanto durante la marcha del conflicto —pensemos por ejemplo, en el asesinato de prisioneros o en la masacre de civiles por parte de las fuerzas autóctonas a las que se esté apoyando—, como una vez finalizada la guerra (en caso de que realmente termine). Un ejemplo sería la intervención aliada en Libia en 2011, donde la caída del régimen de Gadafi trajo aún mayor inestabilidad. La misma incógnita queda abierta a día de hoy con el apoyo los peshmergas kurdos en Siria, o al ejército regular y a las milicias chiíes en Irak en la lucha contra el Daesh. A ello hay que añadir, los límites del poder aéreo al atacar núcleos urbanos (por ejemplo en Irak y Siria) donde por muy precisas que sean las municiones se corre un grave riesgo de matar y herir a no combatientes108. Incluso en el escasamente urbanizado Afganistán —aunque en un contexto diferente a la ofensiva inicial de otoño de 2001—, los ataques aéreos han provocado la muerte de cientos de civiles. La mayoría de ellos en ataques aéreos no planificados, realizados en situaciones de emergencia109. Además de la tragedia humana, sus consecuencias son contraproducentes en términos políticos y mediáticos, y generan un profundo rechazo 107 O’Hanlon, Michael E. (2002), «A Flawed Masterpiece», Foreign Affairs, Vol. 81, n.o 3, pp. 54-57. 108 Wrage, Stephen (2003), «Prospects for Precision Air Power», Defense & Security Analysis, Vol. 19, n.o 2, p. 106. 109 Human Rights Watch (2008), «Afghanistan: Civilian Deaths from Airstrikes». Disponible en: https://www.hrw.org/legacy/english/docs/2008/09/08/afghan19766.htm. bie3 El debate sobre la primacía del poder aéreo: un recorrido histórico Javier Jordán Enamorado Documento de Análisis 12/2012 36


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