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546 Se preveía establecer un Arancel Externo Común, armonizar políticas comerciales y económicas así como establecer un órgano de participación social. Con el objetivo de mitigar asimetrías entre países, se crea el Fondo para la Convergencia Estructural. Encontrar similitudes entre el proyecto inicial de MERCOSUR y la formación de la Comunidad Económica Europea es relativamente fácil, ya que esta fue en un primer momento su referente. La llegada en 2003 de Lula de Silva, del Partido de los Trabajadores, coincide con un giro ideológico y contextual crucial en América Latina. La crisis de la deuda y las duras políticas de ajuste exigidas por el Banco Mundial y el FMI durante los 80’, hacen que con frecuencia se hable de estos años como la «década perdida». Si muchos países ya partían de situaciones de contrastadas disparidades, las medidas económicas ahondaron esta gran brecha de la región que es la desigualdad. Lula prometía hacer frente a las demandas sociales y combatir la pobreza con crecimiento y justicia social. En su discurso subrayaba la importancia del crecimiento económico para alcanzar el desarrollo, pero a su vez llamaba a la responsabilidad del Estado a la hora de redistribuir la riqueza. El pragmatismo de su política económica se trasladó también a su estrategia de proyección internacional, marcada en gran medida por la Realpolitik y la concepción de la subregión, aunque con matices, como «esfera de influencia». Lula entendía que la región podía ser una plataforma internacional que convirtiese a Brasil en un actor con agencia en la agenda internacional. A su vez, unir esfuerzos con sus vecinos formaba también parte de una visión ideológica de conformación de un Sur Global que cooperara y comerciara entre sí frente a los poderes tradicionales. Para él, la cooperación Sur-Sur era perfectamente amoldable a la estrategia de ganar espacio político a nivel internacional sin ceder por ello autonomía en organismos internacionales. Desde una concepción de liderazgo que contemple exclusivamente las capacidades materiales, Brasil es un candidato perfecto para ejercer este papel en la región. Atendiendo al indicador de aquellas, que contempla la población, la población urbana, la producción de hierro y acero, el consumo eléctrico y el personal y gasto militar, Brasil queda en el primer puesto en cada una de estas categorías. Ello lo convertiría automáticamente desde una óptica realista reducida, en líder regional5. Pese a que estas 5 BERTONHA, João Fábio, «Brazil: an emerging military power? The problem of the use of force in Brazilian international relations in the 21st century». Revista Brasileira de Política Internacional 53.2, 2010. bie3 La proyección internacional de Brasil Inés Lucía Orea Documento de Opinión 113/2016 6


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