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586 Cada grupo político ha defendido sus intereses en exclusiva, lo que hará ahora más difícil las negociaciones para la formación del nuevo gobierno. Saad Hariri tiene la oportunidad de volver a la escena política pero se encuentra ante importantes desafíos en varios frentes. Primeramente, como primer ministro, deberá intentar formar gobierno lo antes posible para no sumir al país en una nueva parálisis política. Para ello deberá hacer frente, entre otros problemas, a las nuevas alianzas establecidas, como por ejemplo entre Aoun y Geagea, a las exigencias de Berri y al poder de Hezbollah. Además, el líder suní debe recuperar al electorado de su comunidad que ya ha empezado a buscar nuevos líderes que, en su opinión, defienden mejor sus intereses, que sienten amenazados por el poder militar y político de Hezbollah y que buscan un discurso más sectario. En este sentido, tiene que recuperar el apoyo de Ashraf Rifi y de los islamistas, dos de los actores en auge. Para ello, será clave conocer, en los próximos meses, si ha logrado mayores contrapartidas de Aoun a cambio de la presidencia, algo que la mayoría de libaneses duda. Por último señalar que, aunque Hezbollah ha conseguido situar a su aliado más importante en la presidencia, se enfrenta a dos importantes retos, reconstruir la alianza prosiria y mantener su influencia sobre Aoun, un político extremadamente difícil de controlar por su importante presencia en el Parlamento y apoyo popular y su agenda política en pos de recuperar la relevancia pasada de los cristianos en el Estado. bie3 El largo camino hacia la elección de un presidente en el Líbano: juego de alianzas impredecibles María González-Úbeda Alférez Documento de Opinión 115/2016 15 María González-Úbeda Alférez* Doctoranda Estudios Árabes e Islámicos-UAM


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