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612 de filtraciones comenzó durante el papado de Benedicto XVI y continuó ya con Francisco ocupando la sede petrina. El primer caso fue protagonizado por Paolo Gabrielle, el mayordomo personal de Benedicto XVI, que filtró a la prensa parte de la correspondencia personal del papa. El segundo, ya en época de Francisco, lo protagonizó un sacerdote español. Monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, apodado el «contable de Dios», y con estrechas relaciones con el Opus Dei, había sido secretario y miembro de la ya disuelta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA). Vallejo Balda fue detenido por la gendarmería vaticana junto a la seglar italiana Francesca Chaouqui, que también había sido miembro de la misma comisión. A estas alturas nadie puede asegurar que no puedan volver a repetirse. Es una pequeña señal de que el otrora monolítico y homogéneo Vaticano ha cedido a la presión de las luchas y rivalidades internas entre los distintos cardenales y grupos eclesiales. A pesar de esto, aún a día de hoy, el servicio de inteligencia del Vaticano sigue siendo uno de los mejores y más respetados del mundo7 y no solo por sus estrechas y consolidadas relaciones con otros servicios como la CIA norteamericana. Aunque carece de los sofisticados medios técnicos de la NSA y de la CIA, es uno de los mejores en cuanto a inteligencia humana se refiere. Posiblemente tiene la red de contactos e informadores más extensa del mundo. Abarca todos los niveles: desde el político al religioso, pasando por las ONG. Esta extensa red le permite saber qué está sucediendo en el lugar más alejado del mundo. El corazón de esta extensa red capilar lo constituye la Secretaría de Estado, que tiene tres pilares visibles: el secretario de Estado Pietro Parolin, nombrado por el papa Francisco en sustitución de Tarcisio Bertone; la Primera Sección, que se ocupa de los asuntos generales, y la Segunda Sección, que es la encargada de las relaciones con los Estados. Alrededor de 300 personas trabajan en la Secretaría de Estado. La mayoría son sacerdotes que se ocupan de la relación con un país o grupo de países. Dichos sacerdotes reciben el nombre de «minutantes» y van creando un dossier o archivo en la que recogen las informaciones publicadas por los medios de comunicación, las 7 Entre otros esto lo afirmaron el mismo William Casey, director de la CIA durante la etapa de Ronald Reagan o, ya en nuestro país, Manuel Rey, coronel del Ejército del Aire y ex alto cargo del CNI (Centro Nacional de Inteligencia): http://www.elreservado.es/news/view/220-noticias-espias/307-el-mejor-servicio-secreto- es-el-del-vaticano bie3 La diplomacia vaticana y su influencia como actor destacado en la actualidad de las relaciones internacionales Juan Pablo Somiedo García Documento de Opinión 117/2016 5


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