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832 derivan de actividades ilícitas. Sin embargo, y dada esa característica definitoria de Daesh, existen muchas otras fuentes de financiación. Estas fuentes se derivan de la propia explotación del territorio que ilegalmente ocupan y de la extorsión de la población local, en muchos casos perteneciente a minorías como la yazidí o a otras religiones como el cristianismo, pero igualmente sometidos al yugo y la extorsión de Daesh. Ante un fenómeno de tal magnitud y unas tan desorbitadas cantidades de dinero que maneja la organización terrorista, no han sido pocos los intentos de frenar un fenómeno creciente como es la financiación del terrorismo. La respuesta de la sociedad internacional ha sido unánime al respecto y se han puesto en marcha mecanismos a nivel regional e internacional para hacerle frente. En particular, se ha observado una mejora en el cumplimiento técnico de muchas de las recomendaciones del GAFI, traducidas en unos marcos legales y reglamentarios más fuertes. Sin embargo, muchas veces el exceso de elementos normativos provoca un problema: no tienen utilidad ninguna si no existe una firme voluntad por parte de los Estados de trasponerlas a sus ordenamientos jurídicos y procurar su cumplimiento. Y es que a día de hoy, muchos avances quedan por hacer, pues muchas son las jurisdicciones que continúan luchando por el cumplimiento de los requisitos técnicos asociados a:  Penalización de la financiación del terrorismo: Recomendación n.º 5 del GAFI.  Aplicación de las sanciones financieras específicas relativas a la congelación sin demora de activos terroristas: Recomendación n.º 6.  Abuso de las organizaciones no gubernamentales: Recomendación n.º 8.  Creación de marcos legales y operativos para detener, frenar y autorizar el decomiso de efectivo relacionado por la financiación del terrorismo: Recomendación n.º 32. Esta lucha evidencia la necesidad de una mayor cooperación internacional concentrada en la práctica que vaya más allá de las declaraciones multilaterales y que se traduzca en instrumentos normativos útiles que puedan ser objeto de seguimiento. Cooperación y voluntad de mejorar parecen ser las claves en un panorama internacional en el que el elemento financiero, junto con el elemento humano y organizativo conforma los tres pilares de la amenaza del terrorismo. Por otro lado, también debemos permanecer a la espera de la evolución del propio modelo económico de Daesh. Es cierto que a lo largo de sus pocos años de vida la organización terrorista ha llevado a cabo exitosas campañas que le han reportado elevados beneficios. Sin embargo, estos beneficios no son ilimitados y en los últimos bie3 La organización del sistema financiero de Daesh Cristina A. Mayoral Aparicio Documento Marco 18/2016 22


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