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893 del Estado perdieron drásticamente parte de sus sueldos y beneficios. El sueño africano se había disipado. Las semillas de la ruina, el desastre y las ansias desenfrenadas de poder estaban sembradas y no era ya cuestión de si el descalabro terminaría llegando, la pregunta era solo cuándo. Caída al vacío Los últimos meses del 1999, el Gobierno de Henry Konan Bédié hacia aguas por todas partes. La crisis económica era ya una crisis nacional. Nadie estaba contento, ni siquiera los miembros del régimen. Bédié se negaba a ver la realidad y se comportaba como si los problemas de los marfileños no fueran con él. Todo lo relacionado con la identidad había llegado ya a límites que rozaban la xenofobia. La discriminación religiosa se adueñó y empezó a desintegrar las relaciones sociales de un país sin ninguna mayoría religiosa, donde conviven todos los grandes grupos de África del Oeste. Miembros de los diferentes cuerpos policiales empezaron a coger el hábito de entrar en mezquitas a pedir carnets de identidad y aquellos que no lo mostraban eran agredidos o arrestados sin cargos. En las carreteras se empezaron a crear puestos de control donde la policía y la gendarmería exigía a los viajeros mostrar sus papeles y aquellos que tenían nombres típicamente del norte se les rompían sus documentos personales acusándoles de no tener derecho a ellos13. La policía o la gendarmería, que ya empezaba a estar mal pagadas, aprovechaban la coartada de la nacionalidad para sacar tajada y a los marfileños con nombres típicamente del norte se les obligaba a pagar para continuar viaje14. La nacionalidad marfileña y quien tiene derecho a ella contaminaron a toda la sociedad. La autenticidad de la ciudadanía intoxicó las relaciones personales, unos a otros empezaron a mirarse con recelo y a tratarse de forma peyorativa y distante. Al margen de la degradación general, la corrupción se amplificó y empezó a formar parte de la vida diaria de los marfileños. Los pagos por debajo de la mesa, las selecciones a dedo, el amiguismo, el nepotismo y demás prácticas empezaron a funcionar por todas partes. Las licencias para construir se conseguían sin pagar impuestos y los funcionarios recibían tajadas para dar licencias aleatorias. Para acceder a la magistratura y ser juez, 13 Entrevistas del autor con miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. 14 KOUROMA, Ahmadou, op. cit. bie3 Costa de Marfil: el desmoronamiento de un sueño africano Marcos Lorenzana Documento Marco 21/2016 10


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