Page 41

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 863

dossier riormente formaron parte de importantes proyectos satelitales y de empresas involucradas en estas investigaciones, tanto de ámbito nacional como internacional. En la década de los ochenta las tecnologías y capacidades de los satélites convirtieron en obsoleta la necesidad del uso del cohete de sondeo, y esta actividad fue decayendo hasta que en 1994 El Arenosillo dejó de operar como base de este tipo de cohetes. Ello obligó a su reconversión para continuar su actividad en otros programas del INTA y del Ministerio de Defensa, fundamentalmente en estudios atmosféricos y ensayos de aeronaves no tripuladas (RPA) e integración de armamento en aeronaves, especialmente helicópteros. UN AUTÉNTICO HITO: INTASAT La actividad espacial del INTA estaba en continuo crecimiento y el siguiente paso lógico era la realización del primer satélite, que sería el primer satélite español, un gran reto que constituyó el hito de elevar a España al nivel tecnológico de cualquier otro país europeo de la época. Se trataba, en palabras de uno de los técnicos del proyecto, de realizar un satélite que nos enseñara a hacer satélites. La realización de este gran proyecto no fue sencilla, como lo prueba el hecho de que pasaran seis años desde los estudios iniciales, que arrancaron a finales de 1968, hasta el lanzamiento, que se produjo en noviembre del 74 desde California. Hubo que definir todo desde el principio: la misión, la forma y el tamaño que iba a tener, los subsistemas que contendría… En agosto de 1971 el consejo de ministros aprobó el proyecto, y el mes siguiente el BOE publicaba los contratos suscritos por el INTA con las empresas que iban a colaborar en la fabricación del satélite. La historia de INTASAT tiene un final feliz, todo funcionó como estaba previsto y España entró en el selecto club de los países del espacio. Sin embargo, aquel enorme esfuerzo colectivo no tuvo una continuidad inmediata. Como dijo otro de los implicados en el proyecto, todo salió como estaba previsto; todo, menos la puesta en marcha del programa espacial de nuestro país. OTROS SATÉLITES INTASAT marcó la entrada de España, a través del INTA, en la carrera espacial, pero tardamos más de veinte años en poner en órbita el siguiente satélite, MINISAT. Para el que vino después, NANOSAT 01, sólo hubo que esperar siete años (2004); y cinco años, para el siguiente, NANOSAT 01-B, que fue lanzado al espacio en julio de 2009. Con posterioridad, un nuevo objetivo estratégico, el programa interno de pequeños satélites (como OPTOS, un “picosatélite” de sólo 3,5 kg. de peso), iba a posibilitar a las universidades y grupos científicos españoles volar cargas útiles a precios asumibles para ellos y con continuidad en el tiempo, con misiones frecuentes cada tres o cuatro años. LOS RPAS, UNA NUEVA TECNOLOGÍA El INTA se hizo aeroespacial sin dejar de ser aeronáutico. En su constante búsqueda de nuevas tecnologías y nuevos retos, se abrió una novedosa e importante línea de trabajo con los aviones no tripulados (UAV o, más recientemente, RPA, Remote Piloted Aircraft). En 1990 las directrices de la Secretaría de Estado de entonces permitieron al INTA centrarse en unos pocos grandes programas. Y uno de los elegidos fue el SIVA (Sistema Integrado de Vigilancia Aérea), un sistema aéreo no tripulado de tamaño medio, desarrollado como capacitador y demostrador de tecnologías aeronáuticas, cuya misión es la observación y vigilancia en tiempo real, suministrando imágenes video en las bandas visible e infrarroja a una estación de control de misión, en donde se analizan o se retransmiten a un centro superior de mando. Este programa daría origen posteriormente a todo el desarrollo de los UAV (RPA) por parte del INTA. De hecho, el proyecto SIVA, además del avión no tripulado de tipo táctico llamado así, llevaba aparejados algunos proyectos adicionales, de los que llegaron a término el ALO (Avión Ligero de Observación) y el Diana, concebido como un blanco aéreo de bajo coste. Los trabajos en el ALO generaron, a su vez, otro avión-blanco de baja velocidad, el ALBA (Avión Ligero Blanco Aéreo), usado en la actualidad por nuestras Fuerzas Armadas en el Centro de Experimentación de El Arenosillo. El INTA, precursor en este campo, ha seguido trabajando en nuevos proyectos. Entre los programas actuales están AVIZOR, versión mejorada del SIVA, y MILANO, un avión de observación todo tiempo, de altitud media y gran autonomía, capaz de operar sin necesidad de línea de enlace radioeléctrico a la vista, por vía satélite, entre la estación de control y el vehículo aéreo. Las ventajas de estos vehículos no tripulados radican en la eliminación de peligros personales si la misión realizada es de índole militar, de seguridad o civil de riesgo, y en la posibilidad de realizar misiones tan largas como lo permita el material sin depender de la resistencia física del tripulante. Además, la flexibilidad de uso con maniobras no viables con un ser humano REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2017 375


REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 863
To see the actual publication please follow the link above