Page 28

REVISTA ESPAÑOLA DEFENSA MAYO 2017

misiones internacionales to en vuelo de los cazas con un Airbus A310 MRTT cisterna de la Luftwaffe sobre la vertical de Alemania. Las ex repúblicas soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania, los tres países Bálticos, disponen de sistemas de vigilancia propios con radares y otros equipos de detección y controladores aéreos. Sin embargo, carecen del elemento último de toda defensa aérea en caso de incidencia: la aviación de combate. Cazas que son activados en misiones de alerta de reacción rápida o scramble para interceptar e identificar visualmente en el aire cualquier aeronave que penetre y transite como una traza anónima en las consolas que monitorizan el tráfico aéreo. Desde el ingreso en 2004 de estas tres naciones en la Alianza Atlántica, 17 países de la OTAN han participado en las labores de defensa aérea de su territorio distribuidas en 44 rotaciones por periodos de cuatro meses. «La de policía aérea del Báltico es una operación idéntica a la que realizamos aquí en España cuando estamos en alarma», afirma el capitán José Manuel Fernández Terán, piloto de F-18 que desplegará en Amari el próximo mes de agosto como parte del último de los cuatro relevos previstos, uno por En el servicio de alarma dos cazas están preparados para salir en menos de 15 minutos mes, para las tripulaciones de vuelo de los C.15, a razón de ocho nuevos pilotos por cada uno de ellos. Sin embargo, el procedimiento operativo de estas misiones en el flanco noreste de la Alianza es distinto. «En territorio nacional dos cazas permanecen en alerta de 15 y 60 minutos», dice el teniente Antonio Cifuentes, compañero de relevo del capitán José Manuel Fernández Terán. «En caso de incidencia, solo despega uno, el primero», añade. «En el Báltico es diferente, salen dos al mismo tiempo en menos de 15 minutos: el líder, encargado de la identificación visual de la aeronave y de las comunicaciones con el controlador en tierra, y el punto, como apoyo en vuelo al líder». Hasta la fecha, todas las interceptaciones realizadas por los aviones de combate de la Alianza han sido «cooperativas», es decir, han contado con la colaboración de los pilotos de las aeronaves a las que se realizó una identificación visual en el aire, bien porque aquellas carecían de plan de vuelo o mantenían apagado su transpondedor —el DNI de los aviones—, o porque el controlador no podía comunicarse con el aparato desde tierra. Debido a alguno de estos tres motivos, en 2015 los Eurofighter del Ala 11 de la base aérea de Morón en Sevilla realizaron 12 interceptaciones de aviones militares rusos en sus cuatro meses de despliegue en Amari. Posteriormente, en 2016, los EF- 2000 del Ala 14 de Los Llanos (Albacete) llevaron a cabo un total de 14 intervenciones de este tipo, también a lo largo de un cuatrimestre, en esta ocasión desde la base de Siauliai (Lituania). «Nuestra presencia es un medio de disuasión para sus pilotos. Les mostramos que siempre estamos en alerta y que la policía aérea de la Alianza está preparada para hacer frente a cualquier incidencia en su espacio aéreo», dice el capitán Terán, experimentado piloto con más de 1.000 horas de vuelo en F-18. Pilotos de caza del Ala 15 momentos antes de partir hacia Estonia. 28 Revista Española de Defensa Mayo 2017


REVISTA ESPAÑOLA DEFENSA MAYO 2017
To see the actual publication please follow the link above