dossier Repostaje en vuelo. preparando los aviones para el día siguiente, tanto en los C-16 como los TK-10 de nuestro escalón avanzado o el D-4, el P-3, y los PJ de la EZAPAC ultimando detalles, de la cobertura SAR que nos proporcionarían si llegaba el caso. El día decisivo fue el domingo 18 de febrero. Las condiciones meteorológicas en ruta no eran tan buenas como nos hubiese gustado, sin embargo las previsiones futuras no iban a ser mejores y nuestros camaradas italianos tenían otros compromisos con el EATC, por lo que como dirían los alpinistas, esa era nuestra ventana para tratar de hacer cima, ya que en caso de otro imprevisto, solo nos quedaría un cartucho para llegar a la costa este. Los pilotos nos enfundamos en nuestros equipos de vuelo con la misma sensación con la que uno se prepara para el combate, o un torero se prepara para la faena ante el toro bravo. Los mecánicos tenían a punto los aviones titulares y los reservas, el briefing con los cisternas ya estaba dado, el océano esperaba, ya solo nos quedaba saltar al ruedo. Despegó la primera formación compuesta por un biplaza, tres cazas y el cisterna. Tras una maniobra de reunión sobre lo que sería nuestro último trozo de tierra en las próximas horas, comenzó lo que iba a ser el primer salto transoceánico de un Eurofighter español. Al poco tiempo de nivelar a FL260 y 0,75 M empezaron las primeras comprobaciones de consumo y los procedimientos pre-refueling. El primer repostaje serviría para tomar el pulso de la misión ya que en caso de cualquier incidencia siempre queda la opción de regresar, aunque sea solo a ese gran portaaviones del que acabábamos de despegar. Todo salió según lo planeado, pero no hubo ni un segundo para la relajación. Enseguida estábamos volviendo a rehacer los cálculos, cada piloto en su cabina y nuestro ODO en cabina del avión cisterna, con la tripulación italiana, contrastando una y otra vez que todo transcurría según lo previsto. El segundo y tercer reabastecimientos iban a resultar críticos ya que un frente se estaba formando justo en el punto medio de la ruta. Con un poco de suerte llegaríamos antes de que, según la peor previsión, este se hubiera desarrollado demasiado y podríamos atravesarlo por arriba, eso sí, ajustando los reabastecimientos antes y después del mismo, en previsión de turbulencias. Efectivamente, tras los REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Junio 2017 481
REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 864
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