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REVISTA GENERAL DE MARINA MAYO 2017

Vuelos de navegación VIVIDO Y CONTADO En aquella época era muy habitual realizar triángulos y viajes en vuelo instrumental en todo tiempo, de día o de noche, tanto en la Tercera como en la Quinta. Para que entiendan los profanos, si hubiere alguno, se trata de volar por aerovías y hacer aproximaciones y salidas en aeropuertos civiles o militares apoyándose en radioayudas, tal como vuelan habitualmente los aviones de líneas. Recuerdo que nos preguntaba un controlador del Prat qué tipo de avión éramos a la vista de nuestra lentitud. Nos metimos en engelamiento más de una vez y el helicóptero aguantaba como un jabato, no en balde dispone de un ingenioso separador de partículas que salva las admisiones de absorber lo que no debe. En una ocasión el «Quinta» que nos acompañaba tuvo que cancelar, pues no disponía todavía de anti-ice en la admisión de las turbinas. Aún así rezábamos porque no se despegase una placa de hielo de una de las palas dejándola «dramáticamente» (que diría un inglés) fuera de track (1). El Agusta Bell-212, una «montura» fiable y robusta De lo sólido que es el AB-212 (más conocido como twin twelve) puedo dar fe contando una anécdota de la que no salgo muy bien parado. A la sazón yo era instructor de vuelo, me creía alguien (muy peligroso) y me tocó enseñar una papeleta de vuelo a un recién llegado a la Escuadrilla mucho más antiguo y con muchas horas de vuelo en otros aparatos, el entonces teniente de navío Mario Palao Taboada. La papeleta se trataba de tomas y despegues profundos, esto es, muy verticales. En mi ánimo de mostrarle las prestaciones del aparato, fui cargando la verticalidad y régimen de bajada, llegando a entrar en una situación deplorable llamada «anillos turbillonarios», en la que el helicóptero acaba batiendo sus palas en su propio flujo, y cuanto más potencia y colectivo metes más rápido se va al suelo. Reaccioné como está mandado (luchar contra lo que te pide el cuerpo bajando colectivo y tratar de darle velocidad avante con el cíclico —si te da tiempo— para sacarlo del flujo), pero mientras tanto pensé, primero, «nos matamos»; luego, «no nos matamos, pero el helicóptero lo destrozo». Pero no, este pegó un rebote importante, «Marito» Palao se mostró frío y tranquilo como si lo hubiese hecho siempre, y el aparato, en la revisión, ¡no presentaba ningún problema, ni en la alineación del eje de cola ni siquiera en las sujeciones de los patines! (1) Si las dos palas no giran en el mismo plano, se pueden producir unas vibraciones verticales de resultados impredecibles. 2017 713


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