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175 Sin embargo, la importancia de fomentar los valores hace parte del ADN y la personalidad de la organización, lo cual se refleja en los comportamientos de los colaboradores. Así mismo, permiten identificar si una persona puede adaptarse exitosamente. El compromiso de los directivos tiene que estar alineado con el propio de los empleados. En el caso de las Fuerzas Armadas los valores son claros, profundos y muy marcados; se hablará más delante de ellos en un capítulo específicamente orientado a la cultura militar. De hecho, las publicaciones sobre liderazgo estratégico sostienen que deben resaltarse entre 7 y 10 valores que se quieren promover para que no sean mero papel mojado; pero esto se queda muy corto en el ámbito militar. En el caso español estos han quedado consignados tradicionalmente en las Reales Ordenanzas, estas «constituyen el código de conducta de los militares, definen los principios éticos y las reglas de comportamiento de acuerdo con la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico. Deben servir de guía a todos los militares para fomentar y exigir el exacto cumplimiento del deber, inspirado en el amor a España, y en el honor, disciplina y valor». Aun es más, estos valores tienen un acervo histórico inmemorial. El célebre desiderátum de Calderón los identifica plenamente. Es más, estos valores son comunes, con sus matices, con otras Fuerzas Armadas, y en general en todas las organizaciones que promueven culturas heroicas (sus rasgos han de ser surcos profundos y encontrarse bien marcados), convirtiéndose en un factor de diálogo e interpenetración pues facilita la comunicación y el entendimiento entre Fuerzas Armadas, aun y especialmente, en un marco de hostilidad. Pero los valores de una institución no son los que se predican sino los que se practican. Las organizaciones, junto al logro de sus objetivos, generan un beneficio con su proceder que se extiende al conjunto de la sociedad, creando ligazones y dependencias. El concepto de responsabilidad social hace referencia a la actitud de una organización ante las demandas de tipo social planteadas por el conjunto de la sociedad como consecuencia de sus actividades; con ello la empresa consigue legitimidad, un elemento de gran trascendencia pública. Para tener la seguridad de que va a conseguir ser una organización socialmente responsable, tiene que trazar una estrategia en la que todas las acciones, tanto internas como externas, se gestionen con el denominador común de la ética. En función de cómo bie3 ZĞĨůĞdžŝŽŶĞƐƐŽďƌĞĞůůŝĚĞƌĂnjŐŽĞƐƚƌĂƚĠŐŝĐŽŵŝůŝƚĂƌĚĞůƐŝŐůŽyy/;//Ϳ͘sŝƐŝſŶLJ ĚĞĐŝƐŝſŶ &ĞĚĞƌŝĐŽnjŶĂƌ&ĞƌŶĄŶĚĞnjͲDŽŶƚĞƐŝŶŽƐ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϬϳͬϮϬϭϳ ϭϱ


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