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455 como el horizonte al que debe aspirar todo buen musulmán. Son mensajes que inevitablemente crean una profunda disonancia entre estos «guerreros» del teclado, los cuales no pueden evitar percibir que su estilo de vida se asemeja escasamente, a lo que ellos mismos promueven para otros musulmanes. A pesar de que la propaganda yihadista ha tratado de reducir este efecto desmotivador, no ha conseguido evitar que un número significativo de ciberactivistas traten de resolver esta disonancia cognitiva optando por abrazar el activismo violento. Existen múltiples ejemplos de cómo una intensa militancia online puede ser la puerta de entrada a la violencia terrorista. Younis Tsouli, considerado como el primer ciberyihadista de la historia, también padeció este efecto. Este estudiante de informática afincado en Reino Unido, apodado Irhabi 007 (terrorista 007), se convertiría en una celebridad dentro de la subcultura yihadista en Internet debido a sus habilidades técnicas. El joven marroquí se convertiría en un eslabón fundamental de la cadena de distribución de propaganda de algunas de las principales organizaciones yihadistas del momento. A pesar de ser alabado públicamente por Al Qaeda en Irak7, su exitoso activismo en el ciberespacio no fue capaz de colmar su compromiso, y empezó a barajar la posibilidad de involucrase directamente en la realización de atentados terroristas. Un día antes de que un grupo de yihadistas llevasen a cabo los atentados del 7 de julio de 2005 en la capital británica, Younis escribió a sus compañeros: «La única cosa que me podría evitar que me uniese a los hermanos, es atacar a los bastardos aquí en Londres. Cuanto antes mejor»8. Sería detenido poco tiempo después. La resolución de este desencanto a través de una escalada violenta se ha producido de manera reiterada a lo largo de las dos últimas décadas. Los afectados, no han sido solamente aquellos ciberactivistas relegados a desempeñar un papel marginal, y por tanto se sentían menos gratificados por esta experiencia, sino también aquellos que gozaban de estatus y reconocimiento por parte de su comunidad de referencia, lo que teóricamente les debería haber hecho menos susceptibles a la frustración9. Esta es una dinámica que se aprecia de manera muy destacada en la constelación de grupos asentados en Europa denominados Sharia4, un movimiento fundamentalista con 7 TORRES op. cit. nota 2. 8 O’Neill, Sean: «Terrorist 007 “was internet propagandist for al-Qaeda”», The Times, (April 26, 2007). En http://www.thetimes.co.uk/tto/law/article2209570.ece 9 TORRES Manuel R., “The Hidden Face of Jihadist Internet Forum Management: The case of Ansar Al Mujahideen", Terrorism and Political Violence, vol. 28, n.º 4, 2016, 735-749. bie3 >ĞĐĐŝŽŶĞƐĂƉƌĞŶĚŝĚĂƐĚĞůĂůƵĐŚĂĐŽŶƚƌĂĞůLJŝŚĂĚŝƐŵŽĞŶ/ŶƚĞƌŶĞƚ DĂŶƵĞůZ͘dŽƌƌĞƐ^ŽƌŝĂŶŽ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϬϰͬϮϬϭϳ ϲ


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