Page 481

BOLETIN IEEE 5

481 enorme valor intrínseco. Y las herramientas que permiten llevar a cabo estos procesos son los algoritmos. Dichos algoritmos tratan, básicamente, de hacer una búsqueda determinada en Internet a partir de ciertos parámetros previamente establecidos para poder establecer patrones en determinados segmentos de la población, y de esta manera realizar análisis y previsiones que permitan programar acciones con un objetivo determinado. Los algoritmos pueden buscar automáticamente en la red y autoaprender para mejorar sus análisis. Aplicando técnicas de aprendizaje, los programadores desarrollan modelos computacionales que pueden identificar automáticamente patrones en los datos. Para conseguir esto, estos modelos necesitan entrenarse en grandes cantidades de datos. Cuantos más datos sean utilizados en los modelos, más exactas serán las predicciones. Es lo que se conoce como el análisis del Big Data, que sirve no solo para crear campañas promocionales de ciertas marcas o saber los gustos de ciertos consumidores, sino también para encontrar tendencias ideológicas en diversos estratos de la sociedad y preparar campañas de información con el objetivo de sugestionar a ciertos individuos. Los analistas de Big Data estudian los parámetros que la gente a favor y en contra de ciertas ideas utiliza en mayor medida. Estos parámetros se convierten en algoritmos y estos a su vez en noticias. Es un círculo vicioso. Estamos viviendo una transición de la sociedad de los hechos a la sociedad de los datos. Con nuestros teléfonos, nuestras tarjetas, nuestras redes sociales; transmitimos y almacenamos tal cantidad de datos que necesitamos recurrir a medidores automatizados para poder interpretarlos. Y no resulta nada fácil. El Big Data puede facilitarnos la vida, pero también entraña algunos peligros. Semejante caos de interpretación ahonda en la sensación de que las evidencias actuales son de una extrema fragilidad; ya que falta de un sistema de medición fiable, encontraremos diversos datos, todos dependen de quién los financie. Los me gusta en Facebook de un usuario cualquiera pueden delatarle como socialmente conservador y votante de un partido determinado. Facebook le muestra contenido acorde a sus ideas, que procede a compartir o marcar con otro me gusta. La red social identifica que la publicación ha sido de su agrado y vuelve a mostrarle contenido similar, que recibe otra vez positivamente. Facebook confirma la tendencia y establece un patrón para el bie3 ůŐŽƌŝƚŵŽƐ͕ůĂƐŶƵĞǀĂƐĂƌŵĂƐĚĞ͎ĐŽŶƐƚƌƵĐĐŝſŶ͍ŵĂƐŝǀĂ :ĞƐƷƐďƌĂŚĂŵ&ĞƌŶĄŶĚĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϬϲͬϮϬϭϳ ϰ


BOLETIN IEEE 5
To see the actual publication please follow the link above