Page 526

BOLETIN IEEE 5

526 seguramente dando por sentada la existencia de un sucesor, sirvió a la Mayoría Presidencial —la coalición de partidos que apoya a Kabila— para obtener en mayo un dictamen de la Corte Constitucional, una institución cuya independencia está en entredicho, que sancionó la adecuación a la Carta Magna de la perpetuación del presidente hasta esa «instalación efectiva» de su sucesor. Justo a este aval legal, que no convenció ni a la calle ni a la oposición, el régimen buscó a su vez una legitimidad política para el aplazamiento electoral. Los dos diálogos con la oposición del país que siguieron obedecían a ese objetivo y también al miedo al levantamiento popular que ha planeado sobre toda esta crisis. Del diálogo de la Unión Africana al acuerdo del 31 de diciembre El primer intento para obtener el plácet de la oposición a su proyecto se saldó con un fracaso relativo, pues solo una fracción minoritaria de la oposición congoleña aceptó participar, mientras que a escala internacional solo obtuvo el aval de la institución mediadora, la Unión Africana. Pese a todo, ese primer diálogo concluyó el 18 de octubre con un acuerdo que, como es tradicional en la RDC, consistió en un reparto del poder a través de un Gobierno compartido entre la Mayoría Presidencial y los opositores que habían participado en el foro. La contrapartida fue la luz verde a la continuidad del jefe de Estado y a la celebración de elecciones en abril de 2008. El tamaño del Ejecutivo que surgió de ese primer diálogo, 67 ministros, viceministros y secretarios de Estado, da fe de hasta qué punto el llamado Acuerdo de la ciudad de la Unión Africana fue poco más que un mecanismo de cooptación de la oposición por parte del poder. Ese mastodóntico gabinete, liderado por un antiguo opositor, Samy Badibanga, fue anunciado a las 23:45 del 19 de diciembre, un cuarto de hora antes de que expirara el mandato de Kabila, un anuncio forzado por la imposibilidad para el régimen congoleño de amanecer el 20 de diciembre con un presidente cuyo mandato constitucional había ya expirado y además sin Gobierno30, pues el anterior Ejecutivo había dimitido. 30 Op. cit. 29. bie3 ZŽŶŐŽ͗ůĂĐƌŝƐŝƐĚĞůĞŐŝƚŝŵŝĚĂĚLJůĂŝŶƐĞŐƵƌŝĚĂĚƉĞƌƐŝƐƚĞŶƉĞƐĞĂůĂĐƵĞƌĚŽĐŽŶ ůĂŽƉŽƐŝĐŝſŶ dƌŝŶŝĚĂĚĞŝƌŽƐƌŽŶƚĞ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϬϴͬϮϬϭϲ ϴ


BOLETIN IEEE 5
To see the actual publication please follow the link above