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53 decidió permitir que un campo de golf en el centro de Corea propiedad de la empresa fuera el emplazamiento de una de las unidades del sistema antimisiles THAAD. Por último, los medios oficiales chinos siguen llamando a la necesidad del «reforzamiento del poder nuclear» como forma de contener el potencial militar americano en el área y a trabajar una alianza estratégica con Rusia para combatir la amenaza del THADD. Rusia ya se ha pronunciado claramente en contra del sistema de defensa antimisiles americano en suelo coreano ya que considera que va dirigido también contra su seguridad y ha amenazado con «tomar medidas». Algunos otros elementos apuntan a que China está convencida sin embargo, de la necesidad de abordar la cuestión coreana con perspectiva y alejándose de reacciones poco meditadas. Las declaraciones del Gobierno chino con ocasión de la visita de Tillerson apuntan en ese sentido. Inmediatamente después de esa visita el representante especial para las políticas norcoreanas del Gobierno de los EE.UU., Joseph Yun mantuvo un encuentro en Pekín con su homólogo chino Wu Dawei en el marco del foro a 6 bandas para la desnuclearización de Corea del Norte. Yun viajó después a Corea del Sur para entrevistarse con el representante surcoreano en ese foro, Kim Hong-Kyun. La Administración norteamericana aun cuando afirma dar por terminada la política de la «paciencia estratégica» con Corea del Norte está dando pasos que hasta ahora no difieren demasiado de las iniciativas de la época Obama y parece estar decidida a forzar que China se involucre más en sus esfuerzos. Conclusiones Es fácil advertir cómo las tensiones en el área del mar de China siguen en aumento. Pyong-Yang prosigue su escalada de provocaciones convencida de que sus capacidades nucleares y su actitud asertiva son la única tabla de salvación del régimen. Los surcoreanos necesitan mientras tanto mantener el vínculo militar con los Estados Unidos para asegurar su defensa, aunque se enfrentan a un periodo político incierto que podría significar modificaciones estratégicas en el medio plazo. El presidente Trump ha ido acumulando presión sobre China día tras día desde su toma de posesión y Pekín ha reaccionado sin retroceso alguno bien al contrario, parece estar decidida a no ceder espacio ni influencia en el área. La visita del secretario de Estado Tillerson puede significar el inicio de una etapa de diálogo con Pekín al menos ante los numerosos conflictos coincidentes pero si la política de Trump hacia China no se suaviza y si el bie3 hŶĂƉĞŶşŶƐƵůĂƐŝĞŵƉƌĞƚĞŶƐĂ &ƌĂŶĐŝƐĐŽDĄƌƋƵĞnjĚĞůĂZƵďŝĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽ/ŶĨŽƌŵĂƚŝǀŽ ϬϱͬϮϬϭϳ ϭϮ


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