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641 tuaregs. Así los yihadistas de uno u otro grupo comenzaron a controlar amplios territorios el norte de Malí y a substituir al Estado como proveedor de servicios y recursos a la población, aplicando el principio de necesidad de colaboración de la población civil para que el movimiento insurgente sobreviva. Sin embargo, las buenas perspectivas iniciales se fueron truncando con el paso del tiempo, la estricta aplicación de la ley islámica o sharía por parte de los yihadistas no cuajó entre la población musulmana del norte de Malí con costumbres más heterodoxas, los antiguos aliados tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) se vieron expulsados por la fuerza de ciudades importantes como Gao por el MUYAO y Tombuctú por AQMI, así los yihadistas llegaron a controlar una gran parte del territorio de Malí poniendo en verdadero jaque y peligro la continuidad del Estado. El débil y mal entrenado ejército maliense no era rival para las bien pertrechadas y entrenadas tropas rebeldes tuareg y yihadistas, el éxito de la ofensiva militar fue principalmente gracias a los tuareg, pero la rentabilidad política fue yihadista. La lucha por el control del territorio entre tuaregs y yihadistas, después de ser arrebatado al ejército de Malí, no es más que la consecuencia de una compleja interacción de etnias y corrientes del islamismo dentro de la situación general de conflicto interno. A pesar de la confluencia entre yihadistas y tuaregs su alianza es más cuestión de vínculos étnicos o familiares entre miembros de las distintas organizaciones, que la expresión de una ideología monolítica y homogénea. Las diferencias, pequeñas o grandes, se han manifestado en toda su crudeza a la hora de mantener el control sobre el terreno en el norte de Malí donde la estricta aplicación de la sharía por AQMI y MUYAO en contra de formas tradicionales de autogestión de los tuareg provocó una cierta desafección de la población hacia los yihadistas, perdiendo cierta base social sobre el terreno, todo ello sin perjuicio de que determinados grupos de tuaregs sigan colaborando con los yihadistas en la administración y gestión de los territorios que controlan. Mejores resultados se han alcanzado en Níger porque este país ha tratado la cuestión tuareg de una forma diferente. Un Estado más implicado en la seguridad de sus ciudadanos pueda afrontar mejor la amenaza yihadista, tanto en el norte con los ataques de AQMI y MUYAO como en el sur con los ataques de Boko Haram. En definitiva en el Sahel actúan dos tipos básicos de grupos yihadistas, los que tienen una proyección más internacional o panarábica como AQMI y MUYAO, y los que tienen unos objetivos o pretensiones más locales o regionales como AnsarDine o Boko bie3 ů^ĂŚĞů͕ĂŵĞŶĂnjĂƐĚĞůĂŶƵĞǀĂĨƌŽŶƚĞƌĂ :ŽƐĠĂƌůŽƐ&ĂŐşŶdĂďŽĂĚĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϭϱͬϮϬϭϳ ϳ


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