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69 El liderazgo político-estratégico ha existido desde la antigüedad. Tucídides, por ejemplo, elogió el carisma de Pericles (495 A.C.) para dirigir, convencer y, en ocasiones, manipular a sus contemporáneos11. Es muy difícil deslindar en estos niveles lo que es político de lo que no lo es, pudiéndose establecer la existencia de varios niveles estratégicos significados por la presencia, en mayor o menor medida de un componente técnico pero, en cualquier caso, su imbricación con lo político es cada vez alto. El nivel de este espectro estratégico que se considera a efectos de ensayo es un nivel con una alta prevalencia del elemento político, resultando discutible donde ubicar las decisiones adoptadas y las relaciones de poder se tornan difusas. La claridad en el mando, de la que tanto gustamos los militares, el escalafón, se diluye en una nebulosa, en una nube. Los lineales ritmos de la Revolución Industrial, la profecía de Comte según la cual los ingenieros desplazarían a la nobleza tuvo su cumplimiento cuando el Ejército, antes compuesto por campesinos y encuadrado por nobles, paso a encontrarse integrado por obreros y a estar dirigido por técnicos12. Ahora hay que superar el positivismo y releer a Baldassare Castiglione para recordar que el cortesano debía de contar con formación militar. Se impone el trabajo de Corte, el regreso a las formas del Antiguo Régimen. La milicia es humanismo, el fracaso de la tozuda linealidad táctica. La política y la estrategia tienen un espacio común. En palabras de Kissinger «si los objetivos militares y los políticos no están sincronizados desde el principio, siempre habrá el peligro de hacer demasiado, o excesivamente poco»13. El Imperio japonés, por ejemplo, se equivocó en cuanto al tipo de guerra que le iba a enfrentar a los norteamericanos. Poseyendo una estrategia indudablemente continental al ocupar militarmente China, los japoneses se embarcaron en una guerra marítima al atacar a los EE.UU14. Es la política la que en última instancia fija los límites, las restricciones, las condiciones. Los límites no los imponen los medios, es decir las operaciones 11 http://perspectivamilitar.blogspot.com.es/2008/01/liderazgo-estratgico-consideraciones.html 12 Aron, Raymond. Guerra y paz entre las naciones. Revista de Occidente, Madrid 1963, p. 363. 13 Kissinger, Henry. Diplomacy. Simon & Schuster Paperbacks, Nueva York 1994, p. 510. 14 James, D Clayton «Las Estrategias Americana y japonesa en la guerra del Pacífico» en Paret, Peter (coord). Creadores de la Estrategia Moderna. Ministerio de Defensa, Madrid, 1992, p. 736. bie3 ZĞĨůĞdžŝŽŶĞƐƐŽďƌĞĞůůŝĚĞƌĂnjŐŽĞƐƚƌĂƚĠŐŝĐŽŵŝůŝƚĂƌĚĞůƐŝŐůŽyy/;/Ϳ͘>ŽƐŶŝǀĞůĞƐĚĞ ĚĞĐŝƐŝſŶ &ĞĚĞƌŝĐŽnjŶĂƌ&ĞƌŶĄŶĚĞnjͲDŽŶƚĞƐŝŶŽƐ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϬϭͬϮϬϭϳ ϭϮ


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